No en vano el Consejo Noruego para los Refugiados colocó a la crisis humanitaria de Venezuela entre las seis peores crisis olvidadas por la comunidad internacional. Es el único país no africano de esta negativa lista, difundida a inicios de junio.
Este 28 de junio, en el marco de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Medellín, el Grupo de Trabajo sobre Migrantes Venezolanos actualizó cifras sobre la magnitud de la crisis. En 2020, en caso de que no se produzca un cambio de condiciones de vida en Venezuela, una cuarta parte de la población se habrá ido del país.
Las cifras ofrecidas conjuntamente por las agencias especializadas de Naciones Unidas, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional de Migraciones (OIM), corroboran que al menos 5.000 venezolanos huyen de la crisis cada día. Eso significa 208 cada hora, y llevado al cálculo más crudo implica que cada minuto tres venezolanos cruzan las fronteras de su país sin intenciones de regresar.
A inicios de este 2019 hubo un gran despliegue mediático, durante varias semanas, para dar cobertura a una caravana de emigrantes que salieron de Honduras. Sumaron diversas fuentes unas 7.000 personas en el mejor momento de su recorrido. En día y medio una cifra similar de venezolanos huye de su país con muchísima menos repercusión mediática.
Las conclusiones del informe del Grupo de Trabajo de la OEA señalan que si continúan o se profundizan las problemáticas existentes en Venezuela, "la proyección de migrantes y refugiados venezolanos podría llegar entre 5,3 y 5,7 millones para finales de 2019 y entre 7,5 y 8,2 millones para finales de 2020".
Esta última cifra representa el 25% del total de población de Venezuela, estimada en 31 millones antes de que se iniciara el éxodo masivo en 2015. Tras conocer esta proyección, el economista venezolano Francisco Monaldi, de Rice University, señaló que para entender la magnitud de esta cifra es tal cual si de EEUU emigraran 83 millones de personas o de Brasil 53 millones. Eso representa el 25% de población de esos países.
En la sesión de la OEA, en Medellín, el Grupo de Trabajo dirigido por el dirigente político venezolano David Smolansky, instó a acciones conjuntas por parte de la comunidad internacional.
"Definir a los venezolanos que huyen de su país como refugiados les garantizará protección permanente con derecho a la identidad, acceso a servicios como la salud y educación, así como la oportunidad de insertarse en los mercados laborales. Hoy, aproximadamente dos millones de venezolanos están en condición irregular o corren el riesgo de estarlo en el corto plazo", indica el informe, que también insta a la creación de una tarjeta de identidad regional para que los venezolanos puedan desplazarse de un país a otros sin mayores restricciones.
La discusión de la crisis migratoria venezolana en el seno de la OEA estuvo precedida por las decisiones de Perú y Chile de exigir visas de ingreso a los venezolanos, así como el anuncio de Ecuador de que podría tomar una decisión similar.
Esto puede representar un riesgo de que la salida masiva de venezolanos, que hasta ahora se iba expandiendo por varios países de Sudamérica, y que fundamentalmente se desplaza en grupos pequeños por carreteras, termine encontrando un tapón que les impida movilizarse más allá de Colombia.
Organizaciones defensoras como el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, consideran un contrasentido ya que, por un lado gobiernos como los de Perú, Ecuador y Chile reconocen la existencia de un régimen autoritario y una gigantesca crisis humanitaria, pero al mismo tiempo intentan poner freno a la llegada a sus territorios de venezolanos que huyen de esta situación.
Smolansky advirtió que "para el momento de esta Asamblea General hay cuatro millones de migrantes y refugiados venezolanos, el flujo migratorio más grande de la historia de la región. Actualmente es el segundo más grande del mundo, solamente superado por Siria, que ha pasado por una guerra por más de ocho años".
De acuerdo con los datos presentados por el Grupo de Trabajo de la OEA, la presencia de venezolanos está más marcada en estos países:
- Colombia (1,3 millones)
- Perú (768.100)
- Chile (288.200)
- Ecuador (263.000)
- Brasil (168.300)
- Argentina (130.000)
- Panamá (94.400)
- Trinidad y Tobago (40.000)
- México (39.500)
- Guyana (36.400)
El Gobierno de Nicolás Maduro, por su parte, le ha restado importancia a la salida masiva de venezolanos, al menos discursivamente. Y como parte de su estrategia propagandística lanzó el "Plan Vuelta a la Patria", en agosto de 2018. Nueve meses después, y según la cifra oficial, hasta mayo pasado habían retornado algo más de 14.000 venezolanos.