Irán anunció este lunes que superará a finales de junio el límite permitido de almacenamiento de uranio enriquecido y advirtió de que no va a ampliar el plazo del ultimátum dado a la otra parte del acuerdo nuclear de 2015 para cumplir sus compromisos, reportó EFE.
Con esta declaración, la Agencia de Energía Atómica de Irán (AEAI) cerró la puerta a cualquier tipo de esperanza de que Teherán pudiera replantearse su decisión de suspender algunas de sus obligaciones nucleares.
"Hoy empieza la cuenta atrás para que las reservas superen los 300 kilos de uranio enriquecido, y dentro de diez días, el 27 de junio, pasaremos ese límite", aseguró el portavoz de la AEAI, Behruz Kamalvandí.
Desde el controvertido reactor de agua pesada de Arak, Kamalvandí informó en rueda de prensa de que han cuadruplicado la producción de uranio en la planta de Natanz.
También adelantó que en dos meses y medio se superará el umbral de 130 toneladas permitidas de almacenamiento de agua pesada y que su exportación "puede no ser necesaria en los próximos años" porque se usará a nivel interno.
El Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, sus siglas en inglés) estipula que Irán debe exportar sus excedentes de uranio y de agua pesada cuando estos sobrepasan los 300 kilos y las 130 toneladas, respectivamente, para impedir que pueda desarrollar la bomba atómica.
Este histórico acuerdo se ha visto seriamente dañado desde que el año pasado EEUU decidiera retirarse unilateralmente del pacto y volviera a imponer a Irán sanciones, que el resto de firmantes (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) no han logrado por ahora contrarrestar.
Por ello, el presidente iraní, Hasan Rohaní, anunció el pasado 8 de mayo que su país dejaba de exportar los excedentes de agua pesada y uranio enriquecido y daba a la otra parte un plazo de 60 días para solventar las actuales restricciones al sistema bancario iraní y a la venta de petróleo.
Rohaní advirtió de que, si la reacción no es positiva, tampoco cumplirán con el compromiso de mantener el enriquecimiento de uranio por debajo del 3,67% y completarán el reactor de agua pesada de Arak.
Sobre el nivel de enriquecimiento, el portavoz de la AEAI adelantó este lunes que superar el citado límite "no llevará mucho tiempo", tanto solo "uno o dos días", y que determinar su incremento dependerá de "las necesidades del país".
Kamalvandí explicó que la central eléctrica de Bushehr necesita por ejemplo un 5% de nivel de enriquecimiento, mientras que el reactor de investigación de Teherán requiere un 20%.
En cuanto al rediseño del reactor de Arak, señaló que si los trabajos a los que se comprometieron los otros firmantes del pacto "avanzan con lentitud", reemplazarán ellos mismos los tubos que se bloquearon con cemento para impedir su uso por otros nuevos.
Estos últimos pasos corresponden a la segunda fase anunciada por Irán y su implementación depende de la respuesta de los otros signatarios, especialmente de los países europeos, cuyas medidas para contrarrestar las sanciones estadounidenses no han tenido éxito.
Una de las últimas cartas en la manga de Europa es el canal financiero Instex, que van a tratar de poner en marcha muy pronto, aunque no va a cubrir las expectativas anunciadas, ya que en principio no podrá utilizarse para la compra de petróleo.
Irán considera que ha tenido mucha paciencia, que dio un año a Europa para lanzar mecanismos que permitan el comercio con Irán, por lo que el portavoz nuclear insistió en que no van a ampliar la citada moratoria de 60 días.
"Deben tomar medidas cuanto antes porque según avancemos (en el programa nuclear) va a ser más difícil regresar a la situación original" estipulada por el JCPOA, que limita el programa atómico de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales, aseveró Kamalvandí.
Las sanciones de EEUU también han influido en la estabilidad de Oriente Medio ya que, como subrayó la semana pasada el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, únicamente su fin puede reducir las actuales tensiones entre ambos países en la región.
La crisis volvió a escalar en los últimos días tras el ataque a dos buques cisterna en el golfo Pérsico, del que Washington ha acusado a Teherán que, por su parte, ha responsabilizado a EEUU y sus aliados en la región.