La Policía del Reino Unido se apresuraba el martes para identificar una sustancia sospechosa de haber dejado en estado crítico de salud a un exagente doble ruso condenado por traición en Moscú por haber entregado a decenas de espías a la Inteligencia británica, reportó Reuters.
El alto responsable de la policía antiterrorista, Mark Rowley, dijo que los investigadores necesitaban estar "atentos a la circunstancia de amenazas estatales" después de que Sergei Skripal, un excoronel en el servicio de inteligencia militar ruso GRU, fue hospitalizado en condición crítica.
El exespía de 66 años y su hija Yulia, de 33 años, fueron encontrados inconscientes el domingo fuera de un centro comercial en la ciudad inglesa de Salisbury tras ser expuestos a lo que la autoridades calificaron de ser una sustancia desconocida. Ambos estaban en estado crítico y en cuidados intensivos.
Skripal, que reveló la identidad de decenas de espías a la Agencia de Inteligencia Extranjera MI6 británica, recibió asilo en Reino Unido tras ser intercambiado en 2010 por espías rusos capturados en Occidente como parte de un intercambio en un aeropuerto en Viena al estilo de la Guerra Fría.
Aunque las autoridades británicas dijeron que no se conocía la existencia de un riesgo para el público, los policías sellaron el área donde fue hallado el exespía y una pizzería llamada Zizzi, en el centro de Salisbury. Algunos investigadores usaron trajes químicos amarillos para acceder a la zona.
"Estamos buscando a testigos, estamos tomando muestras forenses de la escena, estamos llevando a cabo trabajos de toxicología y eso nos ayudará a conseguir una respuesta", comentó Rowley a la radio de la BBC. Agregó que la policía antiterrorista está colaborando en la investigación.
"Tenemos que recordarlo: los exiliados rusos no son inmortales, todos ellos mueren y puede haber una tendencia a las teorías de conspiración", comentó, apuntando al asesinato de Alexander Litvinenko. "Sin embargo, de todos modos, tenemos que estar atentos a la circunstancia de amenazas estatales".
Una investigación británica determinó que el presidente ruso, Vladimir Putin, probablemente aprobó el asesinato en 2006 de Alexander Litvinenko, un exagente de la KGB, con polonio-210 radiactivo en Londres. El Kremlin ha negado en reiteradas oportunidades cualquier implicación en el fallecimiento de Litvinenko.