El Gobierno español reiteró recientemente —en diciembre y en febrero—, de forma oficial, las solicitudes de extradición a Cuba de los etarras José Ángel Urtiaga Martínez y José Ignacio Etxarte Urbieta. Ambos residen en la Isla desde los ochenta y tienen causas pendientes con la justicia española, según informa este sábado el periódico madrileño El Mundo.
Los dos etarras están procesados por colaboración con ETA y por su presunta relación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El periódico señala que La Habana no ha respondido nunca a las demandas del Gobierno español.
El medio subraya que esta actitud contrasta con el reclamo del régimen a Estados Unidos para ser retirado de la lista de países acusados de colaborar con el terrorismo y de que esta resolución es clave para que España se muestre favorable a dicha reclamación.
Esta información se revela después de la visita esta semana del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que ha provocado una bronca política en España. Zapatero aprovechó su visita para mostrarse partidario de que Cuba salga de la lista de países que patrocinan el terrorismo.
El Mundo califica como "curioso" el posicionamiento actual de Zapatero porque, según indica, fue su Gobierno el primero en trasladar a Cuba la solicitud realizada por la justicia española para la extradición de José Ángel Urtiaga y José Ignacio Etxarte, Rizos.
La petición inicial de entrega del primero está fechada el 23 de diciembre de 2010 y la del segundo el 10 de noviembre de 2011. El Gobierno de La Habana dejó correr el tiempo entonces y sigue haciéndolo actualmente, a pesar de las múltiples ocasiones en las que el asunto le ha sido recordado.
Cada vez que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha participado en una reunión bilateral, ha pedido las dos extradiciones, sin obtener ningún tipo de respuesta.
La última vez, estas solicitudes fueron cursadas de forma oficial en diciembre de 2014 para el caso de Urtiaga y en este mes de febrero para el caso de Etxarte.
La situación de los etarras en Cuba siempre ha sido un asunto de interés, pero en estos momentos su importancia ha crecido de un modo exponencial por las negociaciones que se están llevando a cabo entre los gobiernos de Washington y La Habana.
De acuerdo con El Mundo, el Gobierno español sostiene que la decisión que el régimen castrista adopte sobre los dos etarras es clave para mostrarse partidario de su retirada de la lista negra.
Además de los dos terroristas solicitados, El Mundo señala que en la Isla, siguen viviendo otros seis. Cuatro de forma reconocida por el régimen —dos más con causas pendientes— y dos, Miguel Ángel Apalategui Apala y el también escritor Joseba Sarrionandia, sin que La Habana admita que viven allí.
Apala es un veterano, con peso en la historia de ETA, cuyo nombre siempre ha estado vinculado a la muerte de Pertur, un dirigente de la banda terrorista.
Sarrionandia escapó de una prisión vasca oculto en el equipo de música de un cantante. A pesar de que el régimen castrista no reconoce su presencia porque no forman parte de los pactos de los 80 con el Gobierno de Felipe González, Sarrionandia ha pasado por el consulado para regularizar su situación. Apala, no.
Ninguno de los dos tiene causas pendientes, pero su entrega demostraría buena voluntad, señala El Mundo.
Cuba fue uno de los países elegidos por el presidente González para deportar a los etarras detenidos en Francia, pero que las autoridades galas no querían extraditar a España porque consideraban de escasa calidad el régimen democrático recién estrenado. Seis etarras fueron destinados inicialmente allí.
Cuba, nido etarra
No obstante, con el paso del tiempo el régimen cubano llegó a cobijar a más de una veintena, que se iban trasladando desde otros lugares sabedores de que el Gobierno de Castro no cumplía los dos requisitos apalabrados: la prohibición de salir de la Isla y el compromiso de que no iban a seguir involucrados con el terrorismo.
En estos momentos, en Cuba viven, reconocidos y con causas pendientes, además de Urteaga y Etxarte, Arrugaeta San Emeterio y Azkarate Intxaurrondo. Sin embargo, según fuentes oficiales mencionadas por El Mundo, ningún juzgado ha pedido su extradición.
También viven, reconocidos pero sin causas pendientes, Txutxo Abrisqueta, asesino del capitán Martín Barrios y ahora empresario de éxito, y José Luis Rodríguez Muñoa. Además de los no reconocidos Apala y Sarrionandia.