Los cuatro primeros satélites de la red O3b, que tiene el objetivo de ofrecer una conexión a internet de alta velocidad y a buen precio para 3.000 millones de personas en 180 países del mundo, fueron lanzados con un cohete Soyuz desde la Guayana Francesa, anunció la sociedad Arianespace.
"La paciencia siempre tiene premio, los cuatro primeros satélites de la constelación acaban de ser largados por nuestra lanzadera Soyuz", declaró el presidente de Arianespace, Stephane Israel, reportó la AFP.
O3b es la abreviación de "Other 3 billion", los "otros tres mil millones" de habitantes del planeta que, por falta de infraestructuras, todavía no tienen un acceso fácil y rápido a internet, como en los países ricos.
La idea surgió en 2007 de la mente del estadounidense Greg Wyler, fundador de O3b Networks, cuando este pionero de las redes de telefonía de tercera generación (3G) estaba en Ruanda y no podía conectarse a causa de las infraestructuras deficientes del país.
Para solucionar el problema, Greg Wyler tuvo la idea de evitar las costosas infraestructuras por tierra, como la fibra óptica o el cable, y poner en órbita alrededor del Ecuador una constelación de pequeños satélites que sirven de repetidores entre los usuarios de internet en todo el mundo y solo necesitan antenas parabólicas.
La órbita alrededor del Ecuador permite cubrir una zona de 45 grados al norte y 45 grados al sur, es decir una región que incluye toda África, casi toda América Latina, el sudeste asiático, Australia y Oceanía, donde hay muchos países sin infraestructuras suficientes para asegurar una buena conexión a la red. Aunque los satélites geoestacionarios ya proporcionan este tipo de servicios, su coste de explotación y el precio final para el usuario son todavía muy elevados.
Además, los satélites "clásicos" están situados a 36.000 km de altitud, son muy grandes, necesitan mucha potencia para emitir y los datos tardan a veces más de medio segundo para ir y volver a la Tierra. Todo lo contrario de los satélites O3b, diseñados por Thales Alenia Space, y que estarán situados a solo 8.062 km. Además son más pequeños (650 kilos de peso frente a las entre 4 y 6 toneladas de los geoestacionarios) y se comunican con la Tierra cuatro veces más rápido.
A largo plazo, la velocidad de internet que ofrecerán será "comparable en volumen y en tiempo de respuesta a la fibra óptica", asegura Arianespace, que pondrá en órbita los cuatro primeros. Cada satélite tiene doce antenas móviles que permiten apuntar a puntos precisos en función de la demanda de conexión y cubren zonas de centenares de kilómetros cuadrados, igual que los satélites del observación de la Tierra.
La señal que emiten es de la gama de frecuencias Ka, que tiene un gran ancho de banda y puede ser recibida fácilmente con antenas parabólicas muy pequeñas. Convencidos de la rentabilidad de la idea de Greg Wyler, grandes grupos internacionales han invertido en el proyecto, como Google, Liberty Global —el líder de los operadores internacionales de cable—, el operador de satélites SES, el banco HSBC o el banco de desarrollo de Sudáfrica.
Ninguna autoridad cubana se ha referido a esta nueva y barata posibilidad de conexión, que en un futuro podría tener cobertura en el área del Caribe. Para empezar, las antenas parabólicas solo están al alcance de diplomáticos y extranjeros.