Decenas de activistas agrupados en una plataforma ciudadana se alistan para dar seguimiento a otro proceso de votaciones en Cuba.
Se trata de los Observadores de Derechos Electorales (ODE), que promueven la transparencia y la defensa de los derechos electorales y que realizarán su tercer ejercicio el próximo 24 de febrero, durante el referéndum constitucional convocado por el Gobierno, comentó a DIARIO DE CUBA Marthadela Tamayo, una de sus promotoras.
"Venimos funcionando desde hace dos años aproximadamente. El primer proceso que realizamos fue el 'proceso electoral' de 2017-2018 en las elecciones municipales. Luego volvimos a trabajar en marzo de 2018 con el proceso de 'elección' de delegados provinciales y diputados a la Asamblea Nacional", manifestó.
"Estamos listos para el día 24 de febrero iniciar nuestra observación con vistas al referéndum de la Constitución con tres objetivos principales en los que nos iremos moviendo", precisó.
Según Tamayo, el primero está enfocado a "la vigilancia por que cada elector tenga derecho a emitir su voto para aprobar o rechazar la propuesta de reforma" y, el segundo, a "realizar la observación del escrutinio en los colegios electorales, amparados por la Ley Electoral vigente (Ley 72)".
El tercer objetivo de ODE es el de vigilar que no sea excluida ninguna persona del registro electoral.
"Ese fue un ilícito electoral que hemos visto en observaciones pasadas. Muchos de los disidentes iban a votar y se encontraron con que estaban excluidos del padrón electoral", apuntó.
"Hasta el momento tenemos presencia en 15 provincias con alrededor de 85 observadores electorales", añadió.
"Metodológicamente estamos buscando que la observación electoral sea itinerante, como hemos hecho en otras ocasiones, porque en Cuba es un poco difícil hacer una observación electoral de puesto, como se hace en un país donde existe democracia", explicó.
Se trata de que el observador electoral realice la introducción de su trabajo en un Colegio A, el desarrollo lo prosiga en otro Colegio B y el cierre o escrutinio lo lleve a cabo en el colegio donde realizó la apertura.
"Con esto estaríamos buscando que un observador pueda ver de dos a tres colegios electorales. Es también una forma de cuidar al observador, porque de lo contrario sería sacrificarlo porque en otras observaciones los han expulsado, los han linchado, los han detenido o ni siquiera los han dejado llegar", lamentó.
Aunque en Cuba no están permitidas las campañas políticas, en las redes sociales el Gobierno y las organizaciones oficialistas están realizando una ofensiva propagandística a favor del "Sí" a la nueva Constitución, frente a un sector de la ciudadanía que se muestra abiertamente contrario bajo las consignas de #YoVotoNo o #YoNoVoto.
Como ciudadana cubana, no desde su labor dentro de la plataforma ciudadana, Marthadela Tamayo considera "hay mucha aceptación" de la opción YoVotoNo. "La gente está muy decepcionada y francamente cansada de no ver progresos", valoró.
Considera que hay mucho malestar dentro de la comunidad LGBTI, que realizó un trabajo muy fuerte para poner en la mesa sus reivindicaciones y vio difuminarse sus esperanzas de conseguir el derecho al matrimonio igualitario cuando finalmente la Asamblea Nacional pospuso el asunto para la elaboración del Código de Familia.
El borrador final de la nueva Constitución cubana está conformado por 229 artículos, 11 títulos, dos disposiciones especiales, 13 transitorias y dos finales, después de que le fueran incorporadas 760 enmiendas, lo que significó que el 60% del primer proyecto fue modificado.
A pesar de los cambios, la futura Ley de leyes no introduce cambios en el sistema político, mantiene al Partico Comunista de Cuba (PCC) como "fuerza dirigente superior de la sociedad" y ratifica el comunismo como aspiración, pese a que ese término se había eliminado en el primer borrador de la reforma constitucional.
Sobre este aspecto, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) criticó este sábado la sustentación ideológica de la Carta Magna y llamó a los cubanos a votar "desde su conciencia".
La futura Constitución reconoce a la propiedad privada, considera a la inversión extranjera como necesaria, pero mantiene al cubano al margen; instituye las figuras del presidente de la República y el primer ministro, y establece un límite de dos mandatos presidenciales consecutivos. También dispone que en ningún caso los medios fundamentales de la comunicación serán objeto de propiedad privada.