Un recluso de 23 años, diagnosticado desde su niñez con discapacidad intelectual ligera y trastorno de conducta, es víctima de severas golpizas, amenazas y negación de su medicación por parte de las autoridades del centro penitenciario de Melena del Sur, provincia Mayabeque, denuncia su madre.
Yandis Francisco Vázquez Díaz fue sentenciado en 2013 a cinco años de privación de libertad por "portación y tenencia ilegal de armas de fuego" y "disparo de armas de fuego contra determinada persona".
Pero su madre, Yamiuris Díaz Vilches, asegura que durante la fase investigativa de la causa [109/2013] se cometieron "irregularidades", al igual que en el juicio.
Yamiuris Díaz, de 42 años de edad, técnica de gestión de documentos y madre de otros tres hijos menores, afirma que el mayor de sus hijos fue sentenciado "por convicción moral, pues en la propia sentencia se reconoció que nunca se obtuvieron pruebas de que Yandis portara y disparara un arma".
En el segundo resultando de la sentencia [27/2013], documento al que DIARIO DE CUBA tuvo acceso, figura que durante el peritaje físico-químico-criminalístico para determinar residuos de disparos en las manos, así como en el levantamiento operativo donde se entrevistó a un grupo de testigos de la comunidad, se obtuvieron "resultados negativos".
Más adelante en el documento, el fallo del tribunal especificaba que "se absuelve [a Yandis Francisco Vázquez] del otro delito de portación y tenencia ilegal de armas de fuego por insuficiencias de prueba".
"Tampoco se tomaron en cuenta los historiales médicos de Yandis, que prueban su condición de retraso mental y su comportamiento agresivo cuando no tiene sus medicinas", relata su madre.
Yandis Francisco, que ingresó con 19 años de edad al Combinado del Este, el 2 de julio de 2013, nunca ha sido beneficiado con un pase. Su madre ha tenido que viajar hasta las diferentes prisiones por las que ha pasado para verificar que estuviese recibiendo su tratamiento médico.
"La primera golpiza que le dieron fue en el Combinado del Este, donde incluso hay cámaras de vigilancia", recordó Yamiuris Díaz.
"De inmediato fui a denunciar el hecho a 15 y K [Departamento Provincial de Prisiones], pero resultó que se borraron todas las grabaciones... Por ese motivo trasladaron a Yandis para la prisión de Quivicán. Después para la 1580, para la prisión de Villa Clara y, por último, al penal de Melena del Sur".
A consecuencia de su condición psiquiátrica, Yandis Francisco suele hablar sobre todo lo que observa en su entorno. En su expediente consta que nunca ha tenido confrontación con otros reclusos.
"Todos sus problemas siempre fueron con los guardias en cada prisión, porque Yandis no mide las consecuencias de todo cuanto comenta, como los negocios entre los guardias y los presos", dice Yamiuris Díaz, quien teme seriamente que las amenazas contra su hijo se hagan realidad.
Violentado, amenazado y nuevamente acusado
En una de las visitas, Yandis Francisco comentó a su madre sobre la muerte de un interno que días antes había sido víctima de una severa golpiza propinada por varios guardias del penal.
"Yandis estaba muy asustado, porque uno de los guardias lo amenazó con que sería el próximo. Además, no le estaban dando los medicamentos. Preocupada, solicité una entrevista con los directivos del penal".
En la entrevista, el 1 de diciembre, estuvieron presentes "el mayor Formoso, segundo jefe del penal, y la capitana Rosa, de Atención a la Ciudadanía". Además de denunciar las amenazas y la negación de los medicamentos a su hijo, Yamiuris Díaz demandó nuevamente que se creara una comisión médica que examine a su hijo, le otorgue licencia extrapenal o lo interne en un centro médico psiquiátrico.
"Tomaron nota y me dijeron que no me preocupara, que ellos hablarían con la psiquiatra" en una semana.
La mañana del 11 de diciembre, Yamiuris Díaz recibió la llamada telefónica de un recluso, quien le avisó que Yandis Francisco había recibido otra golpiza de los guardias, que estaba todo hinchado en la enfermería y casi no podía hablar.
"Acudí a la prisión y logré entrevistarme con Pedro Ochoa, jefe del penal, a quien rogué ver a mi hijo para verificar si era cierta la información", relata la mujer.
"Me dijo que sí, que lo habían golpeado, pero solo dos tonfazos por las piernas por resistirse. No me dejó verlo, me dijo que podía ir a quejarme donde quisiera, y que me buscara un buen abogado, porque ya había hecho una denuncia para encausar a mi hijo de 'atentado'".
El miércoles 13 de diciembre Yamiuris Díaz se personó en 15 y K para radicar una nueva denuncia contra los directivos del centro penitenciario. Narró las amenazas del mayor Ochoa y las condiciones en las que se encontraba Yandis Francisco.
Dos días después recibió una llamada de su hijo, quien le dijo, "muy asustado", que estaba "en la celda de aislamiento y que el mayor Formoso le decía que si yo retiraba la denuncia ellos retiraban los cargos por 'atentado'".
Considerando lo relatado por su hijo como una amenaza y un chantaje, Yamiuris decidió el lunes 18 llevar el caso las oficinas de Atención a la Ciudadanía del Ministerio del Interior (MININT), con la esperanza de que esta instancia tome alguna acción "que salve la vida de mi hijo".
En una llamada telefónica que realizó a su madre el pasado viernes 22 de diciembre, Yandis Francisco, quien terminará de cumplir su condena dentro de nueve meses, avisó que permanecía en celda de aislamiento.
"Dijo sentirse deprimido, que lo tenían amenazado, sin medicamentos y que otro guardia, Franklin, lo había golpeado".