El pasado 9 de septiembre José Díaz Silva fue detenido por enésima vez. Estaba junto a Daniel Alfaro Frías en San Antonio de los Baños, en actividades propias de la Campaña ciudadana #Otro18 con candidatos a delegados a las asambleas municipales del Poder Popular.
La acción forma parte del sistema implementado por los órganos represivos del castrismo contra los candidatos independientes a sabiendas del alcance del Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR) que encabeza Díaz Silva. La esposa del líder opositor, Lourdes Esquivel Vieyto, estaba atravesando los peores días del dengue. Silva, como es conocido por todos, fue llevado a una celda en una estación de Policía de San Miguel del Padrón.
"Allí éramos seis personas en un calabozo de cuatro. Dos dormían en el suelo. El lunes me sacaron, me dieron mis pertenencias y me montaron en una perseguidora. Todo aquello me parecía muy raro. En el carro iba un oficial de nombre José Carlos Ávila Ravelo que me dijo: 'Ahora vamos para tu casa y quiero que te estés tranquilo porque vamos a hacerte un registro'. Cuando le pregunté por qué, me dijo que iban a buscar los medicamentos, alimentos y el dinero que yo había traído de Estados Unidos. Aquello era para humillarme, de allí me llevaron para la estación de Policía de Santiago de las Vegas dos días más", relató Díaz Silva.
Era el segundo registro al líder opositor este año. El pasado 28 de marzo fuerzas policiales y oficiales de la Seguridad del Estado protagonizaron un evento semejante que le despojó de cuantiosos bienes.
José Díaz Silva no fue liberado hasta el miércoles 13 de septiembre luego de cuatro días incomunicado. Su teléfono fue retenido y en su contra tenía una acusación por acaparamiento que le obliga a estar en prisión domiciliaria. Los medicamentos y alimentos que tenía en su vivienda fueron suficiente a los órganos legales cubanos para levantar los cargos, de cuya emisión no le dieron copia.
No fue hasta llegar a su casa que supo los detalles del registro. Según Lourdes Esquivel, el oficial al frente del operativo le había dicho al llegar: "Venimos a buscar los medicamentos, los alimentos, el dinero y todo lo que tenga que ver con #Otro18 y con CubaDecide".
"Se llevaron cerca de 100CUC que había en un monedero, que era un dinero que tenía Silva para arreglar el refrigerador. En mi cartera de diario yo tenía dinero en moneda nacional y 15CUC. El mayor al frente del registro revisó mi cartera y los cogió. Le pregunté '¿nosotros no podemos tener dinero?' y me dijo 'CUC no pueden tener'", contó Esquivel.
"Escogieron los libros que ellos quisieron y se los llevaron —continuó—. Oí cuando uno de ellos dijo 'los zapatos'. Yo pensé 'se van a llevar los zapatos de Silva'. Por suerte, era para revisarlos. Entonces se pusieron a escribir ahí y me dijeron 'Lourdes, mira para acá para que veas; hay tantas compoticas, tantas laticas, tantas curitas…' Y yo ni miraba para allá, porque les dije 'de todas maneras ustedes se lo van a robar todo así que no tengo que mirar eso'. Cuando me llamó para que yo firmara les dije '¿ustedes me va a dar una copia?' y me dijeron que no. Yo les dije que entonces no firmaría nada'. Sobre las 4:45 se fueron. Habían estado ocho horas en la casa".
Mucho de lo decomisado a José Díaz Silva y Lourdes Esquivel tenía estaba destinado a presos políticos miembros del MONR.
"A nosotros nos ayudan los familiares de allá de los Estados Unidos. Nos mandan por una agencia un poco de cosas, latas y eso, para nosotros reunir con un poco de jabones, leche y llevárselos a los presos", explicó Díaz Silva. "Uno es Rafael Averoff Rodríguez, que está aquí en Melena, a quien visita mi esposa, y el otro es Mario Hernández Leyva, a quien visito yo porque él está en Holguín. Ninguno de los dos tiene familia".
"Yo tenía 22 libras de medicamentos que había traído de Estados Unidos y se las llevaron", abundó Díaz Silva. "Unos pomos de vitaminas para niños, porque tenemos una señora aquí con seis niños que le dije que se las iba a traer. Dos pomos de Omega 3 que era uno para Mario y otro para Rafael. Un pomo que era de pastillas dulces para el estómago. Un glucómetro que traje para medirme el azúcar, el equipo de medirme la presión. Se llevaron como siete u ocho laticas de spam, siete u ocho de sardinas, paquetes de fideos, pastillitas de caldo, chocolate en polvo que tenía apartado en nylons, para Mario y Rafael. Se llevaron mi laptop, una camarita de fotos. Un quemador que no se habían llevado en el registro anterior. Un radio de onda corta, dos memorias, veintipico de bolígrafos que yo había traído de Estados Unidos. Una bandera cubana y mi pasaporte. El objetivo de ellos era encontrar dinero y para eso registraron todo minuciosamente, pero lo que yo tenía eran 135CUC para pagar el arreglo del refrigerador".
En el secuestro, incomunicación, registro, traslado de Silva para que fuera testigo del saqueo de su casa, levantamiento de cargos ilegítimos sin entregarle copia de la sanción y robo de objetos personales, el castrismo cometió un sinnúmero de crímenes que violan toda la legalidad establecida. Los ejecutaron instituciones que tienen profesionales al frente, departamentos, reglamentos, inspectores, relaciones con el exterior y, sobre todo, una sumisión cómplice a verdaderos delincuentes adoctrinados para llamarse a sí mismo oficiales. Sus seudónimos, en el caso de la agresión a Díaz Silva y Lourdes Esquivel son Marco, Leoni y Bruno.