El activista cubano Daniel Llorente permanece internado en el psiquiátrico de La Habana desde hace casi cinco meses por correr delante del desfile del Primero de Mayo con la bandera de EEUU. Llorente dijo a su hijo que desconfía de los médicos que lo atienden y por esta razón "no va a ingerir alimentos del centro ni medicinas".
Eliécer Llorente, hijo del disidente, conversó con su padre cuando lo visitó en el centro hospitalario el domingo pasado, de acuerdo con un reporte de Martí Noticias.
"Lo que dice mi papá es que la doctora Marien Guerra Guerra, jefa de la sala forense del Hospital Psiquiátrico de La Habana, en varias ocasiones le ha mentido en cuanto a la situación legal, negándole derechos en complicidad con la Seguridad del Estado", declaró el joven.
"Por esta razón se niega, en señal de protesta, a ingerir el medicamento que le dan para la presión y todo tipo de alimentos. Solo acepta comer lo que le trae la familia, porque desconfía de todo el personal de la sala Giral, pues solo defiende los intereses de la doctora Marien y de la Seguridad del Estado", añadió el hijo de Llorente a Radio Martí.
Además, dijo que su padre "se niega a (continuar) el trabajo que estaba realizando por voluntad propia en la limpieza del hospital y arreglando una parte del techo", expresó.
Dijo que el opositor "está cansado de tanto maltrato psicológico".
El pasado mes de agosto, el Tribunal de Plaza rechazó un documento emitido por doctores del centro hospitalario sobre el estado mental del disidente.
Su hijo ha dicho que ni las oficinas de Atención a la Ciudadanía, ni ninguna otra instancia ofrece hasta ahora respuestas respecto al caso de su padre.
"Lo quieren hacer pasar por loco", ha dicho en reiteradas ocasiones su hijo.
Después de la violenta detención en mayo en la Plaza de la Revolución, el disidente permaneció 20 días en el Centro de Instrucción del Departamento Técnico del DTI, en 100 y Aldabó. Luego fue llevado a Mazorra, donde recibe atención médica por supuestos trastornos mentales.
Llorente, que tiene tatuadas en sus manos las banderas de Cuba y EEUU, había realizado una acción similar durante la llegada a La Habana del crucero Adonia, en mayo del 2016. En esa oportunidad fue detenido y luego liberado sin cargos.
El 14 de agosto de 2015, día en que fue reabierta la embajada estadounidense en La Habana, Llorente fue fotografiado frente a la sede diplomática con una bandera de EEUU en sus hombros.