Ulrika Modéer, secretaria de Estado de la ministra de Cooperación Internacional sueca, Isabella Lövin, respondió este martes a las críticas que hiciera Civil Rights Defenders al Gobierno de Suecia sobre el diálogo político que ha emprendido con el régimen cubano.
En un artículo aparecido en la edición digital de OmVärlden el jueves pasado, Erik Jennische, director para América Latina de la ONG, lamentó que las nuevas relaciones de Estocolmo con La Habana se han creado en detrimento del movimiento democrático y la sociedad civil independiente en la Isla.
"Erik Jennische critica la cooperación sueca con Cuba por ser pasiva. Sostengo que Suecia es muy activa, tanto en su diálogo político con el país como en la formulación de una cooperación para el desarrollo pertinente y eficaz", rebatió este martes la vocera de Lövin.
Modéer señaló que "el respeto y la responsabilidad de los derechos civiles y políticos es una piedra angular de la política exterior y la cooperación al desarrollo de Suecia, incluso con (el Gobierno de) Cuba".
Defendió que "la nueva estrategia (…) aprobada en septiembre" tiene en "el foco principal la promoción de la democracia y los derechos humanos". Dijo que es algo que el Gobierno cubano tuvo que enfrentar en su más reciente visita a la Isla en marzo.
Aseguró que se llevó consigo una imagen mezclada de su viaje a Cuba.
"En una perspectiva a largo plazo, es en muchos sentidos un país en transición, con reformas económicas cautelosas y cierta apertura al mundo exterior. El espacio para el debate público ha aumentado ligeramente con el tiempo. (hay) un mayor acceso a internet, aunque desde un nivel muy bajo, y los medios alternativos contribuyen a ello", dijo.
Según la funcionaria compartieron "las preocupaciones de los defensores de los derechos civiles sobre las tendencias en los últimos tiempos de menos espacio para que la sociedad civil opere en el país".
"La preocupación la he expresado en varias ocasiones en un franco diálogo con los representantes cubanos. Seguiremos monitoreando de cerca cómo se desarrolla el problema", señaló.
Modéer no especificó cuáles fueron las respuestas de la contraparte cubana.
La secretaria de la ministra sueca de Cooperación también declaró que a su Gobierno le "preocupa el ritmo del proceso de las reformas" políticas y económicas en la Isla, las cuales —consideró— "son cruciales para que Cuba se desarrolle".
En tal sentido defendió que la cooperación sueca está dirigida al desarrollo de estas, "tanto para apoyar el proceso de modernización en curso en el país como para contribuir al fortalecimiento de la democracia y la igualdad y promover el respeto de los derechos humanos".
Opinó que "los operadores de cambio están disponibles en muchos niveles de la sociedad" cubana y que "estos pueden ser apoyados de diferentes maneras". Recordó que comenzaron "la cooperación y los intercambios en diversos sectores, como la descentralización de la gestión y la modernización de las instituciones financieras".
Para la funcionaria "Suecia puede hacer importantes contribuciones a la sociedad en Cuba".
Jennische cuestionó la pasada semana que "desde que los Estados Unidos, la Unión Europea, Suecia y varios otros comenzaron a trabajar más estrechamente con el Gobierno cubano en 2014, ni una sola reforma del sistema político o jurídico para promover los derechos civiles y políticos ha sido implementada".
"La imagen del movimiento democrático cubano es que la nueva relación del mundo con el régimen ha sido creado a expensas de las relaciones con el movimiento democrático", subrayó, y en tal sentido consideró esencial que Suecia aclarara "cuáles son los objetivos del diálogo y la cooperación y para cuándo esperan haberlos logrado".
Estableció como "un primer paso en el camino a 'contrarrestar la reducción del espacio para la sociedad civil'", exigir, por parte del Gobierno sueco, "que los que están detrás de las rejas (por disentir del régimen cubano) sean liberados".