Todo comenzó por una fiesta a su mejor amigo Ciro Díaz a finales de 2013. Ciro Díaz, además de ser graduado en Matemáticas de la Universidad de la Habana, solo tiene una cualidad singular: es disidente e integrante de la banda musical Porno para Ricardo. Enseguida vinieron las amenazas de la Seguridad del Estado de llevárselo preso si realizaba la actividad.
Luego vinieron las acusaciones en su trabajo de "mercenario" y "anexionista". Pero en ningún momento este joven, bioquímico de profesión, se amilanó y contrario a lo que deseaban sus represores. Oscar Antonio Casanella Saint-Blancard ha mantenido sus vínculos de amistad con Ciro y otras figuras de la oposición.
Casanella dio a conocer su caso al proyecto independiente Estado de Sats y además fue detenido durante la ola represiva desatada por la performance de la artivista Tania Bruguera a finales del pasado año. Desde ese momento el acoso de la Seguridad del Estado a su persona no ha cesado, principalmente en su centro laboral: el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), donde funge como investigador.
Hablamos de su actual situación laboral y de la difícil situación del sistema de salud cubano. A pesar de los difíciles momentos vividos, Oscar jamás ha perdido su sonrisa y mantiene el mismo temple de siempre, ese que ha llevado a sus represores a tratar de acorralarlo.
¿En que situación te encuentras en este momento?
En estos momentos estoy sometido a una guerra psicológica en mi centro laboral. No solamente yo, sino también mis compañeros de trabajo, y me duele más por ellos que por mí, porque ya yo he perdido el miedo, pero mis colegas no.
¿En qué consiste esa guerra psicológica?
El médico y vicedirector de Investigaciones del INOR Lorenzo Anasagasti Angulo ha estado presionando y coaccionando a mis compañeros de trabajo, sobre todo a los jefes de laboratorio, para que estos no me dejen pasar a los diferentes laboratorios del Centro. Él explica que hay una normativa laboral que dice que el acceso a estos lugares es restringido, lo cual es cierto pero solo se aplica en mi caso, pues los demás investigadores entran y salen de los distintos laboratorios sin restricción alguna, mientras que a mí se me impide el acceso. Considero que hay un trato diferenciado y discriminatorio hacia mi persona.
No es lo único que te ha sucedido…
Anteriormente a esto, en junio de este año, yo preparé un curso de Bioinformática para estudiantes de la Universidad de la Habana e investigadores del INOR y, después de que mi jefe inmediato lo hubiera aprobado, a pesar de que el personal de docencia me había reservado un aula para impartir las clases, cuando todo estaba coordinado con la Facultad de Biología para que alumnos de esa escuela recibieran esta preparación, este señor, Lorenzo Anasagasti Angulo, no me dio la autorización para que el curso se impartiera.
Pero no se quedó ahí, también coaccionó a muchos trabajadores del Instituto de Oncología para que no asistieran al curso y les ha expresado en más de una ocasión que no conversen con mi persona. No le bastó todas estas acciones y me dijo: "Oscar, métete en la cabeza que yo me voy a encargar de que tú no tengas futuro en este centro y te voy a dificultar cada cosa que pueda".
Este señor, junto al miembro del Partido Comunista del Instituto Pedro Fernández Cabezas, me han amenazado de expulsarme del Centro solo por mis vínculos con figuras de la oposición. Además, Anasagasti ha presionado a mis compañeros, para que ellos le entreguen la copia del proceso legal y la carta que yo le envié a Raúl Castro donde expongo los artículos y las leyes violadas tanto por oficiales de la Seguridad del Estado, por agentes de la PNR y miembros del PCC y donde exijo al Presidente del país que se me deje en paz.
Este vicedirector le pidió toda esa documentación a mis colegas para destruirla y expresó que eso era "propaganda enemiga". O sea, que reclamar apegado a las leyes cubanas es , según el doctor Anasagasti, "propaganda enemiga".
Por si esto no bastara, hace solo un mes Lorenzo Anasagasti se apareció con dos oficiales de la Seguridad del Estado en la casa del doctor Carlos Vázquez, jefe de la Sala de Tumores Periféricos del Oncológico y amigo mío, para sondearlo y expresarle en tono amenazante: "Te estamos chequeando".
Lorenzo Anasagasti es un colaborador de los represores, por lo que es un represor más quien ocupa un cargo en un Instituto de Salud que nada tiene que ver con esos temas. Es una persona al servicio de la policía política cubana y para él esa función es más importante que el desarrollo profesional y docente del INOR. Este señor ha manifestado que prefiere que una tesis no se realice a que yo participe en el análisis estadístico de un ejercicio académico en el Instituto.
Yo, además, soy profesor de un módulo de Biología Molecular que se imparte a los médicos que están haciendo la especialidad en Oncología y tengo que interactuar con una persona que coordina ese curso, pero a esa persona le ha exigido Anasagasti que me prohíba el acceso a su laboratorio y la presionó para que ni fuera de este hablara conmigo. De esta manera se dificulta la interacción entre investigadores y trabajadores, tan necesaria para brindar una docencia con la calidad adecuada a los futuros oncólogos del país. Se sacrifica el desenvolvimiento de la docencia y la calidad en función de reprimir.
Algunos médicos de misión en el exterior conocen del despojo a que son sometidos sus honorarios en las misiones por parte del Gobierno cubano y lo justifican, aduciendo que el país invierte ese dinero prioritariamente en recursos para Oncología. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Crees que realmente es así?
Es cierto que los tratamientos oncológicos en cualquier parte del mundo son costosos y que, para ser un país subdesarrollado, la situación del país no es de las peores. Pero realmente no se corresponde para nada la función que realizan médicos, investigadores, enfermeros y personal de servicio con los salarios que devengan y las condiciones en que trabajan.
En estos momentos el volumen de pacientes que atiende en Cuba un solo médico es abusivo. Es una situación que afecta tanto al médico como al paciente de cáncer, que debe esperar largas horas para ser atendido, y ya la calidad de la atención y tratamiento no es igual. Esto se debe principalmente a que ha habido una estampida, un éxodo muy grande de profesionales hacia el exterior y esto provoca una sobrecarga de trabajo en los que quedan, aunque los que más emigran del INOR son los recién graduados no médicos, que apenas permanecen dos años entre su graduación y su salida al exterior.
Yo trabajé hace unos pocos años en una investigación sobre metástasis cerebrales y, de los especialistas que hicieron la investigación conmigo, todos se fueron del país. Hubo un momento en que el INOR se quedó sin neurocirujanos y neurólogos. Otro elemento interesante es que cuando yo comencé a trabajar en 2004 en el Instituto había acceso libre a internet para todos los investigadores y la situación, 11 años después, es muy distinta. En mi departamento no tengo acceso a internet y yo hago Bioinformática. Han restringido el acceso a internet solo para los jefes de departamento y laboratorio, pero hay menos acceso que hace 11 años atrás.
A pesar de que el Gobierno ha hecho promesas a los médicos de mejoras económicas como mejores salarios, posibilidad de compra de carro, laptop, etc, varios de los médicos de mi centro se encuentran muy pesimistas, pues escucharon las palabras del canciller Bruno Rodríguez Parrilla en la rueda de prensa sobre el embargo el 16 de septiembre, que confirmaron que Cuba no iba a cambiar su política interna. "A lo mejor yo mejoro mi vida, pero el resto de mis familiares que no son médicos van a seguir con las mismas carencias", me dijo uno de ellos. Por eso han decidido abandonar el país en la primera oportunidad que se les presente.