Los cubanos continúan sin poder subirse a una embarcación de recreo, una de las "prohibiciones absurdas" que Raúl Castro mantiene en siete años de gobierno.
Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC en La Habana, publica en su blog que la situación persiste, a pesar de que la Asamblea Nacional no ha promulgado ninguna ley que prohíba navegar a los nacionales, según confirmó el jurídico del organismo.
"Claro que tampoco existía una ley que impidiera a los cubanos hospedarse en hoteles turísticos, y sin embargo pasaron casi dos décadas, mirando desde fuera, cómo los extranjeros disfrutaban de las instalaciones que a ellos les estaban vedadas", señaló Ravsberg.
En Cubatur dijeron a la BBC que "a los cubanos —vivan donde vivan— no se les puede vender un paquete que incluya catamarán o yate", mientras que en Gaviota repitieron que para ofrecer una excursión marítima había que presentar un "permiso de Capitanía".
El Departamento Nacional de Capitanía confirmó que los cubanos no están autorizados a navegar, salvo aquellos casados con ciudadanos de otros países, los cuales deben solicitar un permiso.
Según la BBC, el trámite es complejo: es necesaria una carta del cónyuge extranjero, porque no se acepta que sea el cubano quien lo solicite. La misiva debe detallar los motivos del viaje, el itinerario, el lugar de embarque, los días de navegación y el nombre de la embarcación.
"Es obligatorio presentar además un original del certificado de matrimonio y fotocopias de los documentos personales de ambos. Todo esto, dirigido a una comisión presidida por un Coronel, quienes, en un plazo de cinco días, deciden si se otorga o no el permiso", añadió el periodista.
Los autorizados solo pueden navegar dentro de las aguas cubanas.