Tras los últimos resultados internacionales del equipo cubano de béisbol —la Serie del Caribe, donde se dejó una imagen nada positiva a pesar de llegar a la final; y el tope con las desconocidas estrellas salvadoreñas—, la inquietud reina en los pasillos de la Comisión Nacional de ese deporte en la Isla.
Aunque varios de sus directivos han declarado a los medios su complacencia con los resultados obtenidos, y el mismísimo presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), Antonio Becalli, calificó de fructífera la labor de los cubanos, lo cierto es que en las oficinas donde se mueven los hilos del deporte nacional han comenzado a rodar cabezas bajo un hermético secretismo.
Se comenta tras bambalinas que Leonardo Goire, jefe técnico del conjunto y preparador físico de la tropa antillana, ha sido separado de su cargo. El matancero, artífice de la malograda Serie Especial y encargado de la preparación general, se ha convertido al parecer en el chivo expiatorio, dada la lluvia de críticas de la prensa y de la fanaticada beisbolera.
La pobre ofensiva de las huestes cubanas en los últimos eventos, la dudosa forma deportiva y los baches psicológicos que presentan en medio de los campeonatos, le han pasado factura al técnico, quien nunca ha contado con el beneplácito de las grandes mayorías.
El tema de la dirección de la escuadra es otro punto clave que deja al desnudo la inconsistencia de las declaraciones públicas de los dirigentes deportivos. El próximo 11 de marzo, conjuntamente con el anuncio de la pre-selección nacional para los juegos Panamericanos, se dará a conocer la designación de un nuevo director, encargado de guiar al equipo en busca del ansiado boleto olímpico.
Pablo Civil, flamante campeón nacional al frente de los Leñadores tuneros, será otro que cargará con la culpa del bajo rendimiento. Gran conocedor de los secretos del juego y con buenas cualidades para llevar el mando, Civil pagará las consecuencias de dejarse imponer jugadores por la Comisión Nacional para la Serie del Caribe, y permitir que rompieran la dinámica grupal que había logrado con mucho sacrificio entre sus pupilos.
Para sustituirle, algunas figuras se barajan entre los especialistas, pero varias fuentes cercanas a los directivos han filtrado el nombre de Rey Vicente Anglada como candidato favorito para tan incendiario cargo. "El Rey León", como muchos lo conocen, ha declarado hace unas horas su disposición, pero firme con sus principios y a su criterio propio, ha puesto condiciones.
El alto mando de la pelota cubana ha dejado entrever en declaraciones recientes que quiere a un hombre que no tenga nada que ver con compromisos provinciales, para que se concentre totalmente en su misión. Sin embargo, El Rey ha puesto sus cartas sobre la mesa:
"Si dirijo el equipo Cuba la primera condición que pusiera es que tengo que dirigir también a los Industriales, porque eso la afición de la capital no me lo perdonaría, no les puedo hacer eso. Aquí me han brindado un cariño tremendo y me han tratado muy bien. Dirigir el equipo nacional y no dirigir Industriales, eso sí que no", declaró a un medio oficial.
Por si esto fuera poco, agregó:
"Otra cosa que pienso es muy importante es tener la libertad para escoger mi colectivo técnico. El director debe escoger a la gente que él piensa pueda resolver esa situación, además de tener un voto muy importante en la selección de sus jugadores".
"En mi caso particular no acato órdenes de nadie. Si soy director, asumo todas las responsabilidades, actúo como yo piense o como piense mi colectivo de trabajo".
La bola está ahora en las manos de la Comisión Nacional y de sus inamovibles directivos. Mientras, la soga se sigue rompiendo por su lado más débil; las cabezas ruedan y los problemas del béisbol cubano se mantienen ahí, latentes.