El Gobierno de Cuba quiere cobrarle un impuesto de entre el 3 y 4% de sus ingresos a los peloteros que firmen contratos, a tenor del acuerdo recientemente anunciado entre las Grandes Ligas y la Federación Cubana de Béisbol (FCB).
Así lo establece la Ley del Presupuesto de 2019, publicada el fin de semana en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, lo cual ratifica el anuncio que a finales del año pasado hiciera ante la Asamblea Nacional de la Isla la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza.
El artículo 78 especifica que en 2019 entra en vigencia "el impuesto sobre los ingresos personales a los atletas que se contratan en el exterior", reseñó la prensa oficial.
Según el artículo 28 de la Ley No. 113 del Sistema Tributario, se establece que "las personas naturales cubanas y extranjeras con residencia permanente en el territorio nacional, por los ingresos que perciban de contratos individuales de trabajo en el exterior, pagarán sobre el total de los mismos un 4%".
De acuerdo con esta disposición, un contrato individual de trabajo en el exterior es la labor remunerada que realiza un ciudadano cubano "en otro país por gestión propia o por medio de una entidad cubana".
Sin embargo, según advirtió en ESPN el periodista Jorge Morejón, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) desmintió que el Gobierno vaya a cobrarle esa tasa, por mínima que sea, a los peloteros que sean contratados por organizaciones de la MLB.
"Es falso que el Gobierno cubano impondrá tasa alguna al salario del jugador que firme en la MLB. ¿Qué dirigente o entidad de la Isla ha dicho tal cosa?", publicó el semanario JIT, órgano oficial del INDER.
Por el contrario, en un esfuerzo por impulsar el acuerdo, se anunció que los jugadores que vayan a Estados Unidos podrán hacerlo acompañados por sus familiares, contrario a lo que sucede con los médicos y otros profesionales que son enviados a prestar servicios al exterior.
Tanto el texto de JIT como los anuncios y aclaraciones de parte de las autoridades han sido en respuesta a las intenciones declaradas del senador cubanoamericano Marco Rubio de echar atrás el acuerdo.
Aunque este impuesto adicional sobre los ingresos obtenidos en el exterior había sido previsto en la ley del sistema tributario del 2012, no fue implementado hasta ahora.
Ese pequeño impuesto podría ser un obstáculo gigantesco para llevar a efecto el acuerdo, pues el 4% iría a parar directamente a las arcas del Estado cubano.
Esa retención sería diferente de la llamada tasa de liberación, que los equipos pagarían a la FCB y que en teoría debe usarse exclusivamente en la revitalización y desarrollo del béisbol en la Isla, tal como reza una de las cláusulas del convenio.
Entonces, ese otro dinero, por pequeño que sea, podría tomarse como una violación del embargo, vigente desde 1962.
Jorge Morejón apunta que quienes conocen cómo funcionan las cosas en Cuba "saben que no hay manera de que la FCB sea un ente independiente del Gobierno."
Pone de ejemplo la designación de Higinio Vélez al frente de la FCB, que "no fue producto de un proceso eleccionario, como ocurre en otras federaciones del mundo y se hizo a dedo, basado, entre otros méritos, por su lealtad al sistema gobernante."
No obstante, aclara, técnicamente la FCB es una organización afiliada a la Confederación Mundial de Beisbol y Softbol (CMBS), la cual a su vez está asociada al Comité Olímpico Internacional (COI).
A través de ese vericueto legal y con el argumento de poner fin al tráfico humano, los negociadores de la MLB habrían convencido al Departamento del Tesoro para que autorizara el pacto.
Pero este 4% podría complicar las cosas y darle razones de mucho peso a quienes se oponen a este acuerdo, el cual, por cierto, no rendiría sus primeros frutos hasta el 2 de julio, cuando comience el período de firmas de agentes libres internacionales, o sea, los peloteros menores de 25 años y con menos de seis temporadas de experiencia en las Series Nacionales de la Isla.
