Industriales: la mística contra la lógica

Con sus ocho victorias en los últimos diez partidos (tres consecutivas), los Leones capitalinos le han puesto picante al epílogo de esta fase clasificatoria. Con remotas posibilidades de pasar a la postemporada, diezmados en su picheo, con la peor defensa del campeonato y una lista de lesionados cada vez más extensa, varias jornadas atrás solo los fanáticos más románticos veían luz al final del túnel.

Pero Rey Anglada invocó a su ángel de la guarda, arengó a su tropa, y sopló el polvo de su optimismo a los medios informativos bajo la mirada atónita de técnicos y especialistas.

"Claro que sí, vamos a clasificar, nosotros nos daremos por vencido cuando se acabe el último juego. Mientras tengamos una posibilidad vamos a seguir peleando y lo vamos a lograr."

Barrer a los Leñadores de Las Tunas, actuales líderes; salir victoriosos en dos de tres encuentros ante los Azucareros de Villa Clara, segundos en la tabla de posiciones; y hacer los mismo ante los Tigres de Ciego de Ávila, su "bestia negra" de los últimos tiempos, ha sido una hazaña.

Este fin de semana, aun con la espada de la eliminación blandiendo sobre sus cabezas, los Azules de la capital, ante más de 25.000 almas reunidas en el Latinoamericano, doblegaron en par de ocasiones a los Gallos espirituanos (llevan cuatro derrotas en línea), y se han colocado a solo rayita y media de ellos, complicando aún más la lucha por el último boleto que dará el pase a los play-offs.

Por su parte, los Tigres, al sentir la respiración de los reyes de la selva en su nuca, se han motivado y barrieron sin piedad a los malogrados Cachorros holguineros, colocándose a medio punto de los asombrados espirituanos.

Los Industriales aún dependen de otros. Su misión es ganar, y como fieras hambrientas, esperar que alguien resbale para devorarlo. A partir de este lunes se enfrentarán a los Leñadores en su cuartel general y ante una fanaticada hostil. Mientras tanto, Tigres y Gallos se verán las caras en unos choques cruciales para sus aspiraciones, donde según las leyes de la lógica, uno tendrá que ceder.

Ahora no es momento de estadísticas, ya no importan los altos promedios de carreras limpias por juego de los lanzadores, ni la cantidad de errores al campo acumulados, no dicen nada los numeritos ofensivos, ni los porcientos, ni las tablas de rendimiento. Cuando solo resta una semana de confrontaciones, lo que vale es la casta, la estirpe, la vergüenza deportiva, la concentración, el empeño, y el coraje en el terreno.

Las huestes capitalinas, con su rey a la cabeza, saldrán al ruedo envueltos en la mística que le ha impulsado a conquistar doce trofeos en nuestros campeonatos nacionales. Los Tigres lo harán con la misión de demostrar que son el mejor conjunto de la última década, el más estable y equilibrado. Mientras, los Gallos llevan la tarea de borrar historias de descalabros y famas bien ganadas de nerviosismo y derrotas, que los atormentan como demonios implacables en cada final de campeonato.

¿Quién quedará fuera? ¿Podrá la mística imponerse a la lógica? Esta semana tendremos la respuesta.

TABLA DE POSICIONES