El tricampeón olímpico de boxeo cubano Félix Savón está preso acusado de presunto "abuso de menores", según recogió la revista latinoamericana Gato Pardo en una de sus crónicas.
La información fue confirmada por varias personas que coincidieron con Savón durante el tiempo que el deportista estrella permaneció en el Combinado del Este.
"Mi tío solo me dio un seco: 'sí, está ahí'. A pesar de su injusta sanción —hablo de mi tío, no de Savón—, algo en él lo mantiene apegado al sistema que lo condenó y cree que, no ahondando en información como esa, su situación puede mejorar o al menos no empeorar", escribió el autor del artículo, el periodista Abraham Jiménez Enoa.
"Los otros conocidos sí me dieron detalles", añadió.
"Durante varias semanas me informaron vía telefónica sobre lo que hacía, lo que comentaba y sus movimientos en general dentro de la prisión, porque tenía la intención de escribir algo, de armar algún reportaje con aquello. Pero a Savón lo trasladaron de allí y le perdí la pista (…)", explicó.
Sin embargo, el periodista compartió los pocos detalles que pudo corroborar sobre el caso dentro de una crónica que critica precisamente la escasa y superficial información que publica la prensa en Cuba, controlada por el Estado cubano.
Félix Savón, 51 años, llegó al Combinado del Este el pasado 30 de septiembre y justo ese día, 18 años atrás, el boxeador levantaba sus puños al aire y bajaba la cabeza para que le colgaran al cuello su tercera presea dorada en Juegos Olímpicos, en Sídney, Australia. Pocos deportistas en todo el mundo han logrado esa hazaña. Antes de Savón, sólo lo habían alcanzado el húngaro László Papp y el también cubano Teófilo Stevenson.
Savón está acusado de abusar de un menor de 12 años. La familia del niño es quien lo denunció y según se comenta en la prisión, no fue la única vez que el boxeador incurrió en un acto de este tipo.
"Si esto es cierto, si no fue la primera ocasión que el exboxeador atacó a un menor, es evidente que el tricampeón olímpico es un pedófilo", señaló Jiménez Enoa en Gato Pardo.
Un neurocirujano consultado por el autor de la crónica, dijo que, casi siempre, los finales de las vidas de los boxeadores son difíciles, que tienden a presentarse manifestaciones clínicas producto de todos los golpes recibidos a lo largo de la carrera deportiva: "falta de coordinación, dificultades del discurso y una menor agilidad mental".
El especialista aseguró que "este trastorno neurológico puede llegar a trastocar la personalidad de estos boxeadores induciendo comportamientos psicóticos o problemas con el juicio, hasta derivar en una demencia total o parkinsonismo".
Según el testimonio de los conocidos citados, la reacción dentro de la prisión a la actuación de Savón no fue la común.
"Me dijeron que era una cosa rara lo que pasaba con él, algo que no habían visto nunca antes. Dicen ellos que los tipos que más son detestados y a los que más les cuesta sobrevivir en prisión son los violadores y si son abusadores de niños peor aún. Sin embargo, con Savón la experiencia fue distinta", precisó.
"Desde el día que llegó, la gente se le acercaba a consolarlo, porque no hablaba con nadie y estaba muy afligido. Andaba tirado por los rincones, sin mirar de frente, escurridizo. Así estuvo unas semanas, hasta que una noche comenzó a hablar con un par de personas y terminó contándole a toda la barraca que se sentó alrededor de él, en el piso, en las literas, en cualquier sitio, las historias de sus peleas".
El boxeador fue trasladado de prisión a la espera de juicio. Durante su estancia en el Combinado del Este, su familia no acudió a las visitas, solo fue a verlo Javier Sotomayor, recordista mundial de salto de altura y premio Príncipe de Asturias.