Los Astros de Houston se coronaron anoche campeones de las Grandes Ligas. Fue un triunfo merecido para un equipo que nunca antes había ganado el torneo, pero que durante la campaña ganó tanto y tan rápido, que tuvimos que apodarlo como los Astros-del-paso-chévere. Ayer, en Los Ángeles, bailaron su gran conga.
Empezaron pronto, sin contemplaciones, maltratando al serpentinero de los Dodgers, Yu Darvish (1,2IP, HR, 5R(4ER), 3H, BB, 21.60), como mismo hicieron en el tercer juego de la serie. Entonces, al igual que anoche, el japonés solo pudo sacar cinco outs. Entonces también permitió un vuelacerca, cuatro carreras limpias, y dejó a su equipo metido en un hueco del que ya no pudo salir.
George Springer (de 5-2, HR, 2B, 2RBI, 2R, K, .379), el hombre proa de los Astros y a la postre Jugador Más Destacado de la final, lo saludó con doblete. Le siguió Alex Bregman (de 4-0, R, 3K, .233), que alcanzó la inicial por error, y tras robarse la antesala, también anotó gracias a una rolata del tercer bate José Altuve (de 3-0, RBI, BB, .194). Darvish no había sacado un out y el juego ya estaba dos por cero.
Y en el segundo capítulo le fue aún peor. Un boleto al máscara McCann (de 3-0, R, BB, 2K, .200), un doble del jardinero Marwin González (de 3-2, 2B, BB, R, .208) y un jonrón de Springer, acabaron de noquearlo. Nada trajo en la bola el asiático, a nadie engañó, y cuando el piloto Dave Roberts lo mandó a las duchas, el respetable había enmudecido.
Cuando Lance McCullers (2.1IP, 3H, 3K, 3.52), el derecho de apellido literario que abrió por los Astros, se subió a la lomita en el inicio del segundo, Chávez Ravine estaba más silencioso que un campamento militar en tiempos de paz (Carson McCullers dixit). ¡Nunca antes habían callado tanto más de 50.000 personas dispuestas a guarachar!
A partir de ahí, todos los serpentineros lo hicieron bien. Peacock (2IP, H, BB, 2K, 2.45), Liriano (0,1IP), el eslavo Devenski (0,1IP, 7.20) y sobre todo el derecho Charlie Morton (4IP, ER, 2H, 4Km BB, 1.74) por los Astros; y Morrow (0,1IP, K, 8.44), Clayton Kershaw (4IP, 2H, 4K, 2BB, 4.02), Jansen (IP, K, BB, 3.12) y Wood (2IP, 3K, 1.17) por los Dodgers.
Además de Darvish, la derrota de los Dodgers se debió en gran medida a la incapacidad del equipo a la hora de remolcar a los hombres que constantemente apostó en las bases, a la retahíla de ponches que los Astros le recetaron al cuarto palo Cody Bellinger (de 4-0, 3K, .143), y al dominio que ejercieron sobre el siempre peligroso Justin Turner (de 2-1, .160). A Puig (de 3-0, .148), para neutralizarlo, le sacaron anoche dos relevistas. No obstante, el cienfueguero perdonó un par de caramelos que le tiraron. Lo supo y, frustrado, la cogió una y otra vez con su bate.
Gurriel (de 4-0, K, .214) también se fue en blanco, pero si muchos han cantado este año esa guarachita que dice "y a mí qué", la versión del espirituano anoche fue la más sublime de la temporada. A fin de cuentas, después de tantas idas y venidas, de toda esa tanda cubana de la que tanto hemos hablado aquí, el campeón es él.
Nos vimos ayer, nos veremos mañana para poner punto final.
Serie Mundial
Astros de Houston vs. LA Dodgers, (1 a 3)
Astros de Houston vs. LA Dodgers, (7 a 6)
LA Dodgers vs. Astros de Houston, (3 a 5)
LA Dodgers vs. Astros de Houston, (6 a 2)
LA Dodgers vs. Astros de Houston, (12 a 13)