Los Dodgers lo tuvieron todo anoche a punto de caramelo. Justo donde querían. Ventaja idéntica a la del primer duelo, tres por uno, inicio del octavo capítulo y la bola en mano de sus estelares relevistas. Pero como dijo el físico Frank Wilczek, "toda deducción descansa en suposiciones", y las de ayer resultaron erradas.
Hasta ese octavo capítulo en que empezó la remontada de Houston, las cosas les habían salido bien a los azules. Buen dominio —aunque breve— de su abridor Rich Hill (4IP, ER, 3H, 7K, 3BB, 2.25), y lo mismo de sus relevistas, sobre todo del japonés Kenta Maeda (1,1IP, H, 0.00), del zurdo Tony Watson (0,2IP, 0.00) y del indescifrable, al menos hasta ese momento, Brandon Morrow (IP, ER, 2H, 4.50).
Con el bejuco al hombro, la misma fórmula de la noche antes les había funcionado. En la lomita de Houston, Justin Verlander (6IP, 2HR, 3ER, 5K, 2BB, 4.50) vino con la mano caliente, pero al igual que Dallas Keuchel en el partido inaugural, pestañeó dos veces y eso bastó. El jardinero Joc Pederson (de 3-1, HR, RBI, R, 2K, .333) le rompió la lechada en el quinto con un vuelacerca, y el torpedero Corey Seager (de 5-1, HR, 2RBI, R, 2K, .375) lo castigó con otro de dos carreras en el sexto.
Así las cosas, casi como un calco del primer partido, se llegó al octavo capítulo.
Fue ahí que el antesalista visitante, Alex Bregman (de 6-2, 2B, RBI, R, .300), abrió el inning con una línea al derecho que Puig (de 5-1, HR, RBI, R, K, .125) casi atrapa, pero la bola le dio en el guante mientras se lanzaba de cabeza en dirección a la cal, y salió del parque, por lo que resultó un doble. Un out más tarde, el boricua Carlos Correa (de 6-3, HR, 2RBI, R, K, .333) daría jilito al centro, empujaría a Bregman y pondría la cosa tres por dos.
Ya en ese momento el piloto de los Dodgers, Dave Roberts, había decidido jugársela con su mejor carta, dándole la bola al closer Jansen (2IP, HR, ER, 3H, K, 3.00). El curazoleño logró contener la rebelión en el octavo, pero empezando el noveno, cuando tenía en dos strikes sin malas al venezolano Marwin González (de 3-1, HR, RBI, R, 2BB, 2K, .167), este le cazó un lanzamiento a la altura de las letras y le dijo adiós, vida de mi vida. El juego se empató entonces a tres y se fue a extrainnings.
Y se formó la rebambaramba.
José Altuve (de 6-1, HR, RBI, R, 2K, .200) y Carlos Correa la sacaron uno detrás del otro en la parte alta del décimo, mientras en la baja Puig recortó distancia con su propio vuelacerca ante el closer visitante, Ken Giles (1,2IP, HR, 2ER, 2H, 3K, BB, 10.80), el mismo al que el boricua Kiké Hernández (de 2-1, RBI, .400), ya con dos outs y el respetable de pie, rogando a las alturas, castigó con cañonazo impulsor al derecho, igualando otra vez las acciones.
Ya en el onceno, con el diestro Brandon McCarthy (IP, HR, 2ER, 2H, 18.00) en la lomita por los azules y Cameron Maybin (de 1-1, R, .1000) en la intermedia, tras robársela a Yasmani Grandal (K, .000), que a esas alturas se había puesto los arreos, el hombre proa de los Astros, George Springer (de 5-3, HR, 2B, 2RBI, R, BB, .333), desapareció su propia esférica y volvió a poner a los visitantes con ventaja de dos.
Los Dodgers siguieron luchando. En la parte baja del inning Charlie Culberson (de 1-1, HR, RBI, R, .1000) también la sacó y recortó la distancia a la mínima expresión, pero ya no hubo más. Tras una batalla de nueve lanzamientos, Puig abanicó la brisa para el out 27, y la cosa terminó.
Marcador final: Astros 7, Dodgers 6.
Fue un partido en el que, como en botica, hubo de todo. Los ocho jonrones conectados significaron un récord para un duelo de Serie Mundial. Las gradas estuvieron repletas de estrellas y glorias, jubiladas y en activo, del deporte y de los escenarios. Un serpentinero se viró a la intermedia y la bola le dio al árbitro, por lo que el corredor que por allí rondaba no pudo avanzar a la antesala (suerte para los Astros). Otra bola, que picó de hit en el center, le dio en la visera de la gorra al jardinero de Los Ángeles, Chris Taylor (de 3-0, R, BB, 2BB, K .167), que se lanzaba de cabeza, y al rebotar le cayó en el guante a Joc Pederson, que venía a hacer la asistencia (suerte para los Dodgers).
Gurriel (de 4-1, 2B, BB, .143) volvió a batear de quinto en la tanda de Houston, y Carlos Correa, tras su jonrón, tiró el bate con aguaje de rumbero y sacó la lengua como si fuera Puig.
Al manager de los Dodgers, Dave Roberts, le salió mal la jugada de no abrir el octavo capítulo directamente con Jansen, y en lugar de eso, traerlo cuando ya había tráfico en las bases. Al de los Astros, A. J. Hinch, le salió bien la confianza depositada en George Springer, a quien ratificó como hombre proa de su line-up, a pesar de que en el juego anterior se le viera perdido con el bejuco al hombro y se fuera a dormir con un golden sombrero.
Hoy habrá receso en las acciones, que se retomarán mañana en el Minute Maid Park de Houston. Los de Los Ángeles le darán la piedra al japonés Yu Darvish (10-12, 3.86), mientras los anfitriones se la entregarán a Lance McCullers (7-4, 4.25), el derecho de apellido literario.
Nos vimos ayer, nos veremos mañana.
Serie Mundial
Astros de Houston vs. LA Dodgers, (1 a 3)
Astros de Houston vs. LA Dodgers, (7 a 6)
LA Dodgers vs. Astros de Houston, 27 de octubre
LA Dodgers vs. Astros de Houston, 28 de octubre
LA Dodgers vs. Astros de Houston, 29 de octubre
Astros de Houston vs. LA Dodgers, 31 de octubre*
Astros de Houston vs. LA Dodgers, 1 de noviembre*
*en caso necesario