El Gobierno impidió la entrada a la Isla al boxeador Luis Ortiz, quien iba a visitar a su madre enferma, informa el diario miamense El Nuevo Herald.
El camagüeyano Ortiz tenía previsto volar a Cuba en diciembre pasado, tras su triunfo fulminante sobre Bryant Jennings. Sin embargo, a punto de subir al avión la agencia de viajes le avisó que La Habana le negaba la entrada, indicó la publicación. Resaltó que pocos días antes cuatro famosos peloteros cubanos (Yasiel Puig, Alexei Ramírez, Brayan Peña y José Dariel Abreu) habían visitado la Isla en una gira de "buena voluntad" de las Grandes Ligas.
"No se me dio una explicación y fue todo muy triste, porque ya estábamos en el aeropuerto listos para abordar", dijo Ortiz (24-0, 21 KO). "En ese momento sentí como si me clavaran un puñal en el pecho. Estoy desesperado por ver a mi mamá".
Ortiz escapó de la isla por mar hacia Estados Unidos hace seis años y deberá esperar dos más —según las restricciones migratorias de La Habana para deportistas de élite— antes de poder pisar suelo cubano.
El boxeador dijo que intentará canalizar todo su dolor para seguir venciendo a sus rivales en 2016, cuando finalmente espera combatir por un título del mundo.
Ningún boxeador profesional cubano se ha coronado en el peso máximo, hazaña que espera conseguir el camagüeyano.
"Tal vez no sea el mejor en la lista, pero te aseguro que nadie quiere ese título más que yo'', expresó Ortiz.
"Después de tantas dificultades, pienso que las estrellas se han alineado para que este 2016 pueda finalmente llegar a lo más alto de la categoría. No me importan Tyson Fury ni Deontay Wilder. Creo sinceramente que puedo ganarles a los dos'", dijo el boxeador, que en 2015 se anotó tres victorias por nocaut.
En marzo próximo, Ortiz espera defender su corona de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) ante un rival a elegir y en junio tendría una pelea contra el ruso Alexander Ustinov (33-1, 24 KO).
Ortiz, de 36 años, ha superado cambios de managers, una rara enfermedad en la piel de su hija y un positivo de dopaje sobre el cual sigue manteniendo su inocencia.
"De mí se habla con mucho respeto por un lado y, por otro, se trata de ensuciar mi nombre con alegaciones falsas", dijo. "En el fondo me temen, porque saben que a mí no me para nadie. Muchos hablan y hablan. Son unos payasos. Ahora tengo una motivación más. La próxima vez que vea mi mamá quiero que me vea como un campeón completo".