A Manuel Santayana
Fijo te estás quedando sobre el cuadro
en tanto tu mirada va a detenerse
acaso
en el azul
de un cielo por el que aún no transitan
más que brujas y emisarios de Dios,
además de algún pájaro
como ese que ahora mismo
cuando levantas los ojos de la tabla
descubres como un punto que viaja al horizonte.
Quizás afuera es mediodía
y el martillo del taller del herrero
resuena en tu taller
y alguien pregona
—para filtros de amor y a bajo precio—
raíz de mandrágora
y polvos de unicornio,
o quizás atardece
y de los campanarios se descuelga la sombra.
El tiempo pasa mientras pintas
y el cielo opaco de la medianoche
es lo que se recorta en tu ventana,
y la luz de una lámpara
juguetea en las paredes y en tu imaginación,
y afuera alguien se embosca
y en los lechos se ama.
¡Quién supiera
lo que veían tus ojos
mientras se iban quedando sobre el cuadro!
¿Qué recordaba entonces tu memoria,
qué tristeza,
qué júbilo...?,
cuando te desdoblabas trazo a trazo
para quedarte
en aquel tiempo vivo
hecho también del aire de tu respiración
y el ruido de los pasos por tu estancia.
Vicente Echerri nació en Trinidad en 1948. Ha recogido su poesía en Estancia en los sentidos (Obra poética reunida) (Biblioteca Nueva, Madrid, 2018), donde aparece este poema.