peleaba con Maceo
en la llanura de Mal Sueño.
yo era entre sus hombres uno más.
tenía como pocos grandes ganas de matar.
yo era sin saberlo un asesino.
golpeé
y degollé cabezas.
repartí
un centenar de machetazos
lo mismo a mambises que a españoles.
no lograba distinguir entre los malos
y los buenos.
tajos van
y tajos vienen.
Maceo se quedó desconcertado
al ver cómo un don-nadie cojoneó
por su respeto. no creí en la experiencia
del gran Batallón de Cazadores.
para colmo macheteé y le di muerte
al teniente coronel Ramón Cabezas,
que venía al frente de las huestes
españolas.
esa noche me nombraron general.
Maceo me obsequió unas polainas
y me dijo que escogiera una, entre
sus múltiples mujeres.
escogí a una blanquita que impactaba
por sus tetas. la nena solo pudo confundirme.
a ratos, me decía Pepe;
a ratos, papi Antonio
o el nombre de un playboy de la cuadrilla.
terminé por propinarle una paliza que sonó
en el campamento.
no esperé
a que llegara la mañana.
no esperé
al desayuno con Maceo.
Oscar Cruz nació en Santiago de Cuba, en 1979. Sus últimos libros de poemas publicados son Las posesiones (Letras Cubanas, La Habana, 2010), Balada del buen muñeco (SurEditores, Madrid, 2012) y La Maestranza (Unión, La Habana, 2013). Ha traducido a Georges Bataille: El pequeño (Editorial Santiago, Santiago de Cuba, 2010). Coedita la revista literaria La Noria.
Otros poemas suyos: La Bella Poesía, Lecturas de verano, L'Aleluya y Pickpocketing/la Escuela Cubana.