la luna es luna y callan
lo que vieron aquellos hombres en su arena
los monstruos en su aire la poca luz
los fantasmas de los que antes vivieron
hundidos en la tierra
la luna ya no es luna
el mar es agua negra
desde el fondo
los ojitos tremendos del erizo
miran mi vida desde su corta vida
los leviatanes pasan a su lado
y a él le da lo mismo
a mí tampoco
la vida del erizo va en mis ojos
y eso basta
para que sean dos vidas en una
el mar ya no es el mar
el mar es una casa
aquella que perdí
o fueron muchas casas
en sus verdes paredes
dibujaba con dedos invisibles
los sueños invisibles que he perdido
hoy el silencio es un niño de nieve
en la memoria
solamente muescas
huellas de un eco viejo
allá hay sombras dibujadas
por un loco
inalcanzables líneas de mar
bajo la luna
y el ruiseñor callado
muerto de no sentir
oído humano alguno
se cierra el mundo
todo acaba
de lejos la luna brilla
como si fuera una muchacha.
Ramón Fernández Larrea nació en Bayamo, en 1958. Sus libros de poemas más recientes son Yo no bailo con Juana (Lingkua, Barcelona, 2010) y Todos los cielos del cielo (Verbum, Madrid, 2015)
Otros poemas suyos: El grito, Agujero llamado Nevermore, The Long Good Bye y Esopo era un tonto de atar.