Todos tenían un agente.
Yo tuve el mío
en bicicleta.
Pedaleaba
para no apagarse
hasta el koniec
repartiendo
hojarasca.
Tréboles.
Cicatrices
por el cielo.
Yo tenía un agente
sin rodillas.
Los tobillos
empinados
hacia el horror.
(¿o hacia el error?)
Ese día nací.
Me inyectaron
algo
extremo.
Y lo extremo
sedujo.
¿Guardará
mi delgadez
en cartón,
o la dejará vagar
por cubículos
de madera?
¿sin núcleo?
¿sin núcleo?
Yo tenía una certeza.
¿Pero tuve perro
o gato?
¿Domingos?
Los domingos,
¿rebobinará
mi película?
¿Es cierto
que importaba
la contraseña?
¿Luciérnagas?
¿Álamos?
¿Volábamos
los techos?
¿Aquello
tan íntimo,
qué era?
¿Una lágrima?
¿Hiere?
Ah recuérdamelo.
¿Violábamos
tumbas?
¿Vallejo?
¿Roque Dalton?
En fila india
por Casa
de Roberto,
¿cuántos?
Yo tenía un lector.
Corrector voraz.
Casi un padre.
Casi una patria.
Todavía se pone nostálgico.
Sube por la constelación de la Osa Mayor.
A mi sombra fotogénica dispara.
Para otros pedalea el Pato Donald.
Yo tengo a Toni Miret.
María Elena Hernández Caballero nació en La Habana, en 1967. Sus últimos libros de poesía publicados son Electroshock-Palabras (Argentina, 2001) y La rama se par-te (Ediciones Torremozas, Madrid, 2013).
Otros poemas suyos: Rascacielos, El camino de Santiago, El condado de Harris y Mi cabeza reposa sobre la poesía completa de Anne Sexton.
María Elena Hernández Caballero leerá, junto a la poeta Lleny Díaz Valdivia, este miércoles 15 de abril en el festival "O, Miami".