Ni la yerba ni el ocio que la yerba trae.
Nada te convoca.
Pisotea tú mismo la leyenda,
búfalo herido.
Canta con sangre.
Canta que Harris huyó.
Abandonó su pelo.
Se hizo ermitaño.
Comedor de rosas tubérculos.
Solo con tu filarmónica oh Harris.
¿Para quién volver?
La tierra es redonda en todas
partes.
¿Reducirla, una meta?
¿Trasladar montañas
de oro,
vivas?
Rotas las manos oh Harris
por el far away casi vuelas.
Casi arañas lo que los hombres aman.
Huye.
Huye poco.
Pero huye.
La felicidad tiene espinas en los ojos.
Lunas atadas a las vías del tren.
Y la esperanza de uno desquiciado.
Traedor de putas.
Nubes.
Polvo.
Balas listas para ser incrustadas
en el cansancio de Harris.
Harris was myself.
Iba a rescatarlo.
Pero no.
María Elena Hernández Caballero nació en La Habana, en 1967. Sus últimos libros de poesía publicados son Electroshock-Palabras (Argentina, 2001) y La rama se par-te (Ediciones Torremozas, Madrid, 2013).
Otros poemas suyos: Mi cabeza reposa sobre la poesía completa de Anne Sexton, Cualquier piedra que levantes, Nikita y Era vieja.