Lucha tu guerra tú mismo:
el aliado de ahora
se volverá enseguida
tu peor enemigo.
(Dice Stephen Crane
que los mambises estaban
agradecidos de los gringos:
gente que monta buenos caballos
y sabe despreciar a los negros.)
Los ingenuos mambises no pudieron controlar
la ayuda que recibían,
y los ayudantes se volvieron
más protagonistas que ellos mismos.
Guantánamo era especial por sus condiciones,
pero si no era Guantánamo
se iban a coger cualquier cosa.
Guantánamo es la prenda de nuestro compromiso,
el precio por mantener a los españoles
alejados para siempre.
Fin del turismo azucarero en el Caribe.
Vayan a buscar mulatas en Marruecos.
Dense una vuelta después, cuando tengan
el látigo largo del euro
que nos hace felices.
Sorprendido una vez, sorprendido dos veces.
Los heroicos mambises solo podían luchar
contra un enemigo evidente:
después de todo
no es fácil resistirse a un caballo tan bonito.
José Ramón Sánchez Leyva nació en Guantánamo, en 1972. Ha publicado los libros Aislada noche (Letras Cubanas, La Habana, 2005), Marabú (Torre de Letras, La Habana, 2012), y El derrumbe (Letras Cubanas, La Habana, 2012). Es editor de la revista La Noria. Este poema pertenece a un libro inédito: Gitmo.
Otros poemas suyos: Carnaval, ¿Qué celebran, su pobreza o su idiotez?, Accidentes y El pozo.