Pero la vida estaba en todas partes
y no la vi
y no lo supe
llené todo de silencio
todo de la luz agobiante y densa
del pasado.
Aparté los ojos
aparté las manos
aparté de mí el agua que caía
y caía sin cesar
afuera
y adentro
y dejé el verde sin espacio
sin nada que decir
y borré el sol
o quizás no pude borrarlo
pero lo llevé como un estigma
y todas mis ventanas abrían
hacia un patio sin señales
a un vacío de pompas
que van a deshacerse
a una mañana llena de evidencias
y faltaba
el aire el aire el aire
faltaba todo
no había nada
o al menos
eso parecía.
Sonia Díaz Corrales nació en Cabaiguán, en 1964. Ha publicado los libros de poemas Diario del grumete (1997) y Minotauro (1997). Este poema pertenece a Noticias del olvido (Escritura entre las nubes, Tenerife, 2014).
Otros poemas suyos: Besos y melocotones, El Rey pide las manzanas de las Hésperides, Elogio del instante y Respuesta a los mensajes de spam de Mr. John Patterson.