Uno se cansa de morirse tanto,
de morirse una vez y otra, a las buenas
y a las malas. O de morirse apenas.
Y hasta de no morir: qué desencanto.
Uno se cansa de que todo cuanto
una vez le animó se abra las venas;
y de reconocerse, a duras penas,
de tan vivo y tan muerto casi santo.
Uno se cansa de morirse encima
y debajo de sí. Uno da grima
si no se va cuando debiera irse.
Uno se queda y no se queda nada,
y aunque muerda el anzuelo sin carnada,
uno también se cansa de morirse.
Orlando González Esteva nació en Palma Soriano en 1952. Fondo de Cultura Económica ha publicado una antología de sus textos: ¿Qué edad cumple la luz esta mañana? (México, 2008). Su libro más reciente es Animal que escribe. El arca de José Martí (Vaso Roto, Madrid, 2014).