No en el sentido matemático neto sino en un sentido pueril. Lástima que todos hayan olvidado la belleza de un quebrado, la meticulosidad del algoritmo y el placer de la demostración. Me permito un paréntesis testimonial. Cuando murió mi madre, vi cómo abrían el hueco en la pared y empujaban el féretro que no cabía allí dentro, y después se caían todas las flores, excepto los lirios que se quedaron prendidos de un clavo. Era el espectáculo de la muerte, nada nuevo, ya lo habían representado los daneses. Pero los lirios allí prendidos, para asquearnos.
Gelsys M. García Lorenzo nació en Camagüey, en 1988. Ha publicado los libros Anábasis (2007) y Vesania (2005). Este poema pertenece al libro inédito No te afeitarás en vano.
Otros poemas suyos: No desayunarás sobre la hierba y No creerás.