Through corridors of light, where the hours are suns,
Endless and singing
Stephen Spender
para Lilliam Moro, que volvió
Ahora que vuelves a nosotros
y pones tu mirada en estos sitios tan estrechos,
dando de nuevo pasos inseguros,
casi firmes, febriles,
y escuchamos la voz que has encontrado
y contemplamos tu rostro sonriente,
mientras sostienes el papel que estaba tan lejano,
el lápiz que había dejado de servir
y apartas del entorno algún objeto inútil...
Dinos ahora, de algún modo,
¿cómo encontraste el corredor para volver,
cuál otro hilo de esa Ariadna distinta recobraste?
En esos salones al revés,
espacios que se abrieron al otro lado del espejo,
¿te agradaba el anverso del tiempo,
un reino sin los ecos, sin esperas?
¿Cómo eran o son esos instantes que se acaban
pero que no se acaban,
ese aire al fondo de los ruidos
en que la luz no es luz,
sino otra luz, sino un reclamo ciego
y armonioso que no puedes cambiar?
Habla, queremos saber cuáles señales
sin palabras usaste de repente
para explicar que aún no,
que todavía, que deseabas regresar
y concluir alguna cosa, pensar algo,
escribir el germen de un soneto, unas raras memorias,
alimentar al gato, regar alguna planta,
sentir de nuevo el ruido de tus huesos
y la lluvia, tocar la hierba humedecida
y calcular las horas, ¡ah, las horas...!
Te vemos otra vez en medio de estas horas,
¿qué nos puedes decir?
Noviembre de 2013
Reinaldo García Ramos nació en Cienfuegos, en 1944. Su obra poética escrita entre 1969 y 2012 fue recogida en el volumen Rondas y presagios (Silueta, Miami, 2012). Este poema apareció originalmente en La Esquina de las Letras.
Otros poemas suyos: Otro discurso al odiador, El mensaje, Junto al espacio sideral y Baile de anémona.