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Poesía

La leche

'Colina por donde nadie lame/ ni nadie besa:/ teta sola, desamparada/ que no quiere morir así/ luego de alimentar bocas y dientes/ que la escaldaron.'

La Habana

Pedir algo caliente
que no sean lágrimas por calostro
que bajen
al cordón umbilical
y regresen a los ojos
convertidas en llanto.

(Cuando ella me pedía lechita,
frotaba la panza del budita roto
pidiéndole que apareciera
y le daba agua con cal
revolviéndola y revolviéndola
hasta convertirla en líquido espumoso.)

Pedir, mamar, de esa teta
santificada hasta el final de una vida doméstica
(pensando como animal, no como madre)
cansada de alargarse
y tirar hacia delante, hacia atrás,
hacia abajo
—"teta de chiva", decía ella
como la de tía Delfa—,
¡para la que no hay ya reconstrucción posible!
Colina por donde nadie lame
ni nadie besa:
teta sola, desamparada
que no quiere morir así
luego de alimentar bocas y dientes
que la escaldaron.

El pezón rosáceo sueña con ese lunar
(promontorio)
que dará un tiempo de frutas
cuando el paño roza y se corta con la lluvia.
¡Pero no es cierto!

Mama antes que el calostro se vuelva sangre
y las venas desaten ríos de pus.

Mamar, mamar, pedir
que ese rocío caiga donde la dejaron
convertida en cera, en odio.

La leche es una lágrima oscura
en el dolor de un campo seco:
una estalactita que cuelga de una boca
sin inocencia.


Reina María Rodríguez nació en La Habana, en 1952. Autora de una numerosos libros de poesía, algunos de los más recientes son: Bosque negro (Extramuros, La Habana, 2005), El libro de las clientas (Letras Cubanas, La Habana, 2005) y Variedades de Galiano (Letras Cubanas, La Habana, 2007). Este poema pertenece al libro inédito El libro de las luciérnagas.

Otros poemas suyos: En la fila, siempre hacia atrás, Imagen y Cuento infantil.

Reina María Rodríguez lee hoy en La Esquina de las Palabras en el Café Demetrio (300 Alhambra Circle, Coral Gables, Miami), a las 7:00 pm.

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