Varios creadores en Cuba han hecho pública su postura de votar No, o no votar, en el referendo constitucional de este domingo, aunque esto despierte al demonio de la censura y la represión. Uno de esos nombres es el de la poeta cienfueguera Katherine Bisquet, quien protagonizó un episodio violento en la pasada Feria del Libro de La Habana tras abogar por el No.
Bisquet participó en una lectura de poesía donde decidió leer vistiendo una camiseta que decía #YoVotoNo. Aunque la poeta logró leer hasta el final, y fue aplaudida por muchos de los asistentes, terminada su lectura la organizadora de dicho acto, Alejandra Ferrer Cairo, trabajadora de la Casa de la Poesía, arremetió contra la escritora con un buen tirón de pelos. "Todo sucedió en fracciones de segundos, se lanzó contra mí y no soltó mi pelo, hasta que el alboroto avisó a los que estaban dentro, casi todos hombres, y salieron a separarnos", relató Bisquet en su cuenta de Facebook.
La joven poeta reconoció su sorpresa ante el ataque de alguien que conocía "hacía ya nueve años, tras haber estudiado juntas en la Universidad" de La Habana, donde Katherine se graduó de Letras en la Facultad de Artes y Letras.
Alguien que, además, ella cataloga de tener un pensamiento nada diferente al suyo, "sobre todo de una persona que ha pensado irse de este país toda su vida", reconoció.
Aunque hablar de poesía sea más placentero, hablamos con Bisquet de los hechos, menos poéticos, que la hicieron saltar a las noticias por estos días.
¿Por qué tomaste la decisión de abogar públicamente por el No? ¿Contemplaste la posibilidad de que te vetaran u ocurriera algo como lo sucedido?
Por primera vez tengo la oportunidad de elegir ante una propuesta de Estado y de Gobierno. Existen dos opciones, votar Sí o No. Para el Gobierno cubano solo existe una posibilidad, y lo demuestra la reciente campaña compulsiva a favor del Sí, que ha atacado a todos los medios al alcance de su poder. De ahí mi decisión de abogar públicamente por el No, no podía permitir que mi voz la incluyeran en ese detestable eslogan masivo #YoVotoSí. Es hora de que entiendan y respeten las determinaciones de cada individuo de expresión soberana.
Claro que contemplaba la posibilidad de que me vetaran, pero nunca que ocurriera algo como lo sucedido. Ese acto fue realmente sorpresivo.
Votar No, y que una gran parte del pueblo cubano vote No, presupone, aunque un mantenimiento temporal de la Constitución del 1976, una crisis en la sostenibilidad del sistema, ilegitimidad política y pérdida de poder de convocatoria sobre el pueblo. Votar No, ratificaría, a gran escala, el desacuerdo de la mayoría de los cubanos con el sistema político, la corrupción y demagogia de los militares gobernantes. Podría incluso, el pueblo, en términos legales, construir un proyecto nuevo, una nueva Constitución, en proposición de una nueva Ley de Reforma. El Gobierno tendría que saldar sus deudas y sucedería una vuelta de tuerca a nuestra nación.
Has sido criticada por algunos que opinan que has expuesto detalles de la vida personal de tu agresora, o que piensan que tu acto estuvo fuera de lugar, que no es una lectura de poesía el espacio para manifestar ideas políticas; en cambio has sido aplaudida por muchos que destacan tu valentía y que creen que el papel de un creador es expresarse libremente. ¿Cómo han sido los días después, en tu entorno profesional y personal?
En mi caso, el entorno profesional y personal van de la mano, por lo que si se afecta uno, el otro sufre también. Al estar todos estos días bajo mucho estrés, me he visto incapacitada para retomar mi trabajo de escritura, mis lecturas y otros. Muchos amigos se me han acercado para repasar los hechos y encontrar una lógica al acto de violencia de mi agresora, y eso ha sido muy agotador y angustioso. Es de una tristeza enorme encontrar esa perfidia en las personas cercanas. Que crean que tus intenciones de libre expresión y de denuncia (que en el contexto cubano sufren la distorsión y el maquiavelismo) sea un modo de sabotaje o de traición; es realmente lamentable, como mismo creer que esto significa un acto heroico. Quisiera creer que lo que pienso y digo es tan natural como el envejecimiento, no nos gusta lo que vemos pero te lo muestro, lo aceptas o no.
En comentarios posteriores en tu cuenta de Facebook has dicho que crees que esta persona "no procedió por algún motivo político" sino "por miedo" a que tu acto "la perjudicase en su vida profesional", y agregaste: "Ella, como muchos, depende del sistema, son las tuercas más apretadas del engranaje. Ella, como yo, somos víctima del sistema, solo que yo decidí soltarme y ella, bueno, sigue aferrada". Hábleme de por qué has decidido soltarte y cómo ves ese engranaje que se aleja del estricto mecanismo represivo, pero forma parte del puzle que le da vida.
"El romanticismo no nos enseñó a pensar: nos enseñó a sentir. El crimen de los revolucionarios modernos ha sido cercenar del espíritu revolucionario el elemento afectivo. Y la gran miseria moral y espiritual de las democracias liberales es su insensibilidad afectiva", reflexionó Octavio Paz en La llama doble. En Cuba, como en el resto de las naciones comunistas, se suprimió cualquier sentimentalismo; incluso el amor a la patria no podía ser expuesto de una manera febril, pasional, dolorosa, con un estilo embellecido cargado de metáforas; el héroe, que muy pronto dejó de ser el individuo para convertirse en el pueblo, no podía padecer de esas emociones románticas, pues eran síntomas de debilidad, sobre todo asociadas a la burguesía. La rectitud y la lineación muy pronto llegó a los corazones y la vanguardia hizo lo suyo. Nos redujeron al "estado de cosa", despojados de nuestra individualidad. Y sigue Paz: "Los dos totalitarismos 'refiriéndose a los nazis y a los comunistas' se propusieron la abolición de la singularidad y diversidad de las personas (…); los comunistas, en nombre de un absoluto histórico, la clase, representada por una ortodoxia ideológica encarnada en un Comité Central".
Ese engranaje, al que yo me referí y del que decidí soltarme (demás está decir las razones), es la masa amorfa grisácea descorazonada en que se transformó el pueblo cubano; la parametración fue uno de sus vértices, la vigilancia entre los vecinos, el repudio a los que se iban del país fueron otros; los unos contra los otros, una vorágine de salvajismo y deshumanización. Ese engranaje no se aleja tanto del estricto mecanismo represivo, es incluso mucho más estratégico y eficaz. Es el engranaje que le da la vida, y es sostenible, porque en nuestros corazones, muchos ya secos, no existe la posibilidad de la verdadera soberanía, de la verdadera libertad. Y esta es una las crisis, la del espíritu, necesitaría muchas otras cuartillas para hablar de las otras crisis en la construcción del socialismo en Cuba.
¿Crees que hay en tu generación un despertar de la conciencia ciudadana o eres un caso aislado?
Mi generación nació bajo el silencio y el miedo. Nuestros padres vivieron una juventud de efervescencia e ideología revolucionaria y están envejeciendo en una triste frustración profesional y humana. Nacimos entonces, la gran mayoría, con la certeza de que en algún momento claudicaría el proceso revolucionario porque bien sabíamos que algo estaba mal, entonces por lo pronto nos quedaba esperar. Mientras tanto, todo el que pudo emigró, muchos de los que se graduaron de la universidad siguieron sus estudios en becas fuera del país, otros guardaron sus títulos y se dedicaron a cualquier otra cosa particular que le reportara económicamente; mientras tanto todos crecimos en una apatía totalmente apolítica, y de vez en cuando mirábamos de soslayo a alguien que advertía sobre las atrocidades que sucedían a nuestras espaldas. Y hablar del teatro de cartón y la manipulación en la educación de la que se ha servido el sistema, sería para nunca acabar. Mi generación es una generación dormida, a la que solo le interesa emigrar, que se formó con prudencia y la rebeldía extirpada.
Pero mi caso no es un caso aislado. Sobre todo en el área intelectual. Lo demuestra la reciente campaña por la derogación del Decreto 349.
Te manifiestas en contra del Decreto 349, ¿por qué? ¿Cómo te afecta este decreto?
El año pasado desarrollé una larga labor, junto a Luis Manuel Otero Alcántara (artista), Yanelys Núñez (artista y curadora), Amaury Pacheco (Omni Poeta), Iris Ruiz (actriz y teatróloga) y otros, de organizar la #00Bienal de La Habana. Este proyecto surgió a raíz de que el Ministerio de Cultura pospusiera la celebración de la Xlll Bienal de La Habana. La #00Bienal surgía entonces como una vía alternativa, una iniciativa en pos de funcionar a la par de la institución, para desempolvar los cánones de la cultura cubana en vía de su descentralización.
Creemos que este evento, su realización satisfactoria, fuese el que desencadenó este terrible Decreto (o tal vez ya se venía cocinando); que no hace más que remontarnos a toda la censura y persecución en el arte que ha existido en la Isla durante años, pero esta vez, mucho peor, con una ley que la ampara. La #00Bienal había demostrado (como otros tantos macroeventos surgidos en los 90 y los 2000, también mal vistos y exterminados, Proyecto Omni Zonafranca, Poesía Sin fin, Rotilla, Puños Arriba), autosuficiencia creativa del individuo, la capacidad de promoción independiente, la libre expresión y la creencia en el valor artístico.
Era la confirmación de la libre expresión e independencia artística que ponía en juego la dominación y el filtro de la Institución sobre el arte cubano. El Decreto 349 vino entonces a poner el cubo antes que cayera la gotera, una nueva forma de controlar a este ganado descarriado por su descuidada/maquinada "apertura". Esta resolución, en mi lectura y la de muchos, de manera sospechosa ambigua, contiene una serie de contravenciones determinadas por el Consejo de Ministros que podan todo efecto liberador. Desde el control de los contenidos del producto; desde la implantación de un "Supervisor-Inspector o Inspector del arte", la no definición de "los espacios públicos no estatales", la prohibición de la prestación de servicios artísticos sin previa autorización de la entidad a la que pertenezca el artista o a los que apenas pertenezcan, en fin, una serie de barrabasadas procuradas por cualquier abyecto que no es artista, ni mucho menos siente o padece el arte en general.
En la polémica lectura de la Feria del Libro leíste este poema: No nos sirve de nada el miedo /en la misma medida /en que no nos sirve de nada el dolor. /Las cosas invariablemente van cayendo /al margen de nuestras voluntades. /No nos sirve el dolor de los otros /y la angustia de los otros /enquistada desde el arranque /no nos sirve. /Paleamos las franquicias /de la masa/lejos de la masa. /Y nos compadecemos. ¿Has perdido el miedo?
Creo que el miedo se hace, no los infundamos nosotros mismos. Creo que hasta en el acto más heroico hay una pequeña dosis de miedo. Sun Tzu en El arte de la guerra dice que "…si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro", eso en tácticas de guerra es una manera práctica de ver las cosas; pero de manera simbólica, la verdad es que nunca llegamos a conocer a las otras personas del todo y ni nosotros mismos estamos tan seguro de conocernos, por lo tanto siempre vamos a correr peligro en cada batalla, por lo tanto siempre existirá ese miedo intrínseco, misterioso, con el que tenemos que lidiar día a día. Actuamos de maneras muy raras, porque nuestros miedos así se manifiestan. Yo, claro que no he perdido el miedo, pero ¿de qué me sirve?
En algunos de tus poemas la realidad se filtra agotada, dura, sin adornos, sobre qué te interesa escribir.
Me interesa escribir sobre mis angustias, es una manera de despojarlas. Trato de salirme de lo autorreferencial e intimista. Aquí habría entonces una gran contradicción. Bueno, trato de que mis angustias, al menos las que publico, sean una multiplicación de las angustias de todos, como fractales. Trato una manera de universalización, esto es otro tipo de angustia, la de las influencias. Al final todos estamos "bajo la sombra del Querubín Protector".
¿Trabajas en algún libro ahora?
Trabajo ahora en dos libros de poesía. El primero, Uranio empobrecido, trata, grosso modo, sobre la paralización de la Central Electronuclear (CEN) en Juraguá, en la provincia de Cienfuegos; y sus consecuencias para las personas que allí vivían, entre ellos mi familia y yo. Es un libro sobre la desolación y las penurias que vivimos todos los cubanos en los años 90 luego del derrumbe del campo socialista y la desintegración de la URSS. Se basa, como muchos otros libros en la Isla, sobre los megalómanos proyectos que nunca llegaron al final de sus destinos o en el peor de los casos ni a empezar a funcionar. "El proyecto del siglo" o "La obra del siglo", como se le llamó a tal empresa, no fue más que un ejemplo, a pequeña escala, de las frustraciones de un experimento "Revolución" que nunca anduvo como lo planeado; y el pueblo, ese uranio empobrecido, subproducto resultante del proceso de enriquecimiento del uranio para producir energía.
El segundo libro, apenas esbozado, está conformado por los textos que ahora produzco. Se inclina hacia la creación de un personaje, como un alter ego o Doppelgänger, al que yo llamo "La Fiera". Esta Fiera está consiente en los momentos críticos, ella es la que padece y por tanto se manifiesta de manera intermitente. Es esa "otra" voz que te susurra, es el ser interior que toma conciencia pero no lo dejas ser, no permites que te domine, porque eres muy débil para controlarla y temes las repercusiones que tenga en tu mundo social. El libro es un extracto de las mutilaciones psíquicas de las que padecemos.
Katherine Bisquet (Ciudad Nuclear, Cienfuegos, 1992) obtuvo mención del Premio Wolsan-CubaPoesía 2013, auspiciado por la Fundación Wolsan de Corea del Sur y la Fundación Cultural Asia-Iberoamérica, de Bogotá, Colombia. Tiene publicado el libro de poesía Algo aquí se descompone (Colección Sur Editores, La Habana, 2014). En Cuba ha obtenido mención en el Premio Pinos Nuevos, 2015 y 2018, así como mención en el Premio Hermanos Loynaz, 2015, y Calendario, 2018. Es editora en la sección de poesía en la Editorial Unión y organizadora de la #00Bienal de La Habana 2018.