El Gobierno cubano podría ganar unos cinco millones de dólares al año si los músicos y agrupaciones fieles al régimen pudieran trabajar en Estados Unidos sin las restricciones del embargo, todavía uno de los principales escollos en el proceso de normalización entre ambos países iniciado en 2014, informa este viernes la prensa oficial cubana.
De acuerdo a un informe del Ministerio de Cultura (MINCULT), entre las principales repercusiones económicas del embargo en este campo están las presentaciones en vivo de músicos cubanos, "que deben ser con carácter de intercambios culturales, sin que medien contratos comerciales", publica el órgano oficial del Partido Comunista, Granma, en portada.
Debido a este impedimento, las empresas del régimen no obtienen beneficios económicos y ven mermados sus ingresos al no poder comercializar en otros mercados mientras duren los compromisos en Estados Unidos.
"El bloqueo (sic), en expresión de su extraterritorialidad, impide la promoción, difusión y comercialización de los artistas nacionales y deprime a valores ínfimos los precios de venta", destaca Granma.
El embargo, vigente desde 1962, afecta también al derecho de autor musical al impedir la suscripción de contratos de representación recíproca para la protección de repertorios explotados en ambas naciones, que restablecieron relaciones en julio del año pasado tras más de medio siglo de enemistad.
Las repercusiones del embargo se extienden además a las artes plásticas, la literatura, la comercialización online, el cine y la red de escuelas pertenecientes a la enseñanza artística, reporta EFE.
Según el MINCULT, la "política hostil" del embargo limita la adquisición de instrumentos musicales, óleos, pinceles, zapatillas para danza y vestuarios.
Si el régimen pudiera adquirir esos productos en Estados Unidos, significaría un "ahorro considerable" para un país que prioriza la educación y la ve como uno de sus principales logros, dice el texto.