A siete meses de clausurada la Sala Maxim, sede de la Agencia Cubana de Rock, el consejo de dirección de este centro no ha obtenido "ninguna respuesta clara sobre su reapertura", informaron fuentes de la entidad que pidieron no ser identificadas.
La presidencia del Instituto Cubano de la Música (ICM) habría dictaminado, desde inicios del año 2015, la clausura de la sede "para reparaciones capitales". Sin embargo, las fuentes desmintieron que el Maxim Rock necesitara "realmente una reparación de esa índole, más allá del mantenimiento a la climatización y los desagües".
"Realmente el peligro de derrumbe era en el falso techo, sobre la zona del escenario. Se contrató a una brigada para su reparación. Las propias agrupaciones del catálogo decidieron aportar para esto el dinero destinado a pagarles por concepto de peñas de dos meses. Pero la reparación consistió únicamente en demoler el falso techo y aplicar una pintura protectora a la estructura metálica que lo sostenía", relataron.
Añadieron que, mientras se ejecutaban estas restauraciones, la Agencia fue notificada sobre una carta redactada por los vecinos de la sede, quienes "se quejaban, esencialmente, por el ruido". Ante esta otra justificación, "el ICM volvió a esgrimir el argumento de la reparación capital" que finalmente forzaría el cierre.
No obstante, en nuevo dictamen técnico "arrojó que el problema se resuelve con la insonorización de la sala de conciertos y las puertas de acceso, y que además podría aprovecharse para una impermeabilización preventiva el techo".
Refirieron las fuentes que en medio del proceso, donde el ICM no se decide a firmar contratos con algunas de las brigadas especializadas que le han presentado desde la Agencia, "se ha ido deteriorando el equipamiento de sonido, como la consola y las plantas, por la humedad y los más de seis meses sin uso".
Las otras caras del asunto
En febrero de este año, durante la edición 11 del festival Brutal Fest, trabajadores y público asiduo del Maxim Rock denunciaron que "no había avance ninguno en las reparaciones" y expresaron dudas de que este espacio volviese abrir como sede de la Agencia o para actividades de rock.
Este prolongado cierre ha traído como consecuencia temas sensibles para las agrupaciones del catálogo. La Agencia de Rock integra a bandas comerciales, que tienen un repertorio de cover, y a bandas que se conocen como "metaleras", que tienen un repertorio totalmente propio.
"Estas últimas siempre encuentran dificultades para ser programadas en otros espacios fuera de nuestra sede. Al cerrar la sala, realizamos varias gestiones con el Salón Rosado y logramos que las bandas metaleras fueran programadas los miércoles allí. Pero también apareció otra carta de vecinos quejándose por el ruido, y también resultó en la cancelación de presentaciones de rock metal en ese lugar. Es decir, ninguna de estas bandas metaleras tiene trabajo y, por tanto, no están cobrando salario alguno".
Por otro lado, los músicos están inconformes por "las continuas respuestas burocráticas que durante más de seis meses" el ICM ha dado a María Gattorno, actual directora de la Agencia, en su gestión por reabrir la sede y proporcionar trabajo a los artistas.
Los músicos también consideran "irrespetuoso y excluyente" el tratamiento que tanto el ICM como el Ministerio de Cultura (MINCULT) han tenido con la Agencia y su directora.
"A María se le excluyó no solo de toda la organización del concierto de los Rolling, sino también del asesoramiento a otros eventos y la participación en encuentros con figuras relacionadas con el género. Tanto Mick Jagger —en su visita previa al concierto— como Ozzy Osborne, ZZ Top y Bon Jovi desconocieron la existencia de una Agencia Cubana de Rock. Con todos estos hechos y los antecedentes que sufrió el rock en Cuba, solo podemos sospechar otra clausura de un espacio rockero, como sucedió con El Patio de María en 2003. Pero esta vez no habrá silencio", afirmaron.
Músicos del catálogo confirmaron que en próximos días presentarán una carta abierta ante el ICM, el Ministerio de Cultura y el Consejo de Estado, para expresar "absoluto desacuerdo con todas y cada una de las justificaciones institucionales que se manejan ante las problemáticas que generó el cierre del Maxim Rock, y denunciando la exclusión de la Agencia en asuntos y eventos relacionados con el rock".
Esta carta sería el segundo documento relacionado con la Agencia, pues en octubre de 2013 músicos y trabajadores redactaron una misiva rechazo que circularon bajo el título El costo de rockanrolear en Cuba.