El Museo Nacional de Artes Decorativas inauguró este sábado la exposición de artesanías japonesas Formas artesanales: tradiciones y técnicas, que se mantendrá abierta al público hasta el 11 de enero próximo. La muestra abarca 92 obras contemporáneas, que han sido distribuidas en siete categorías: cerámicas, textiles, laqueados, trabajos en metal, en madera y bambú, vidrios, y papeles e implementos de escritura.
Kazuko Todate, director del Museo de Arte Cerámico de Ibaraki, y curador principal de esta colección, afirma en el catálogo que "esta exhibición presenta objetos de artesanía hechos de materiales tradicionales con técnicas tradicionales". Las 27 escuelas y estilos de artesanía que se han incluido fueron agrupados según las prefecturas del archipiélago nipón, como Tokio, Niigata, Toyama, Mie, y Yamaguchi. El único territorio que no estuvo representado fue la isla de Hokkaido.
La cerámica es la técnica de artesanía más popular en Japón, y tiene una historia de más de trece mil años. Las 52 piezas que se muestran son de cerámica de gres y porcelana. Algunas técnicas son muy antiguas —como la Mino, que data del siglo 7 d.C. —, pero no es hasta después del siglo XVI, con el desarrollo de la ceremonia del té, que muchas de ellas florecen y se perfeccionan. La tetera de Shimizu (2004) es uno de los ejemplos más bellos, en el estilo Banko.
La decoración de las obras textiles se divide en dos técnicas tradicionales: la que usa hilos teñidos, que se tejen siguiendo un patrón, y la que tiñe la superficie de las ropas. La pieza más significativa es un kimono de seda, dibujado a mano, del estilo Yūzen de Tokio. Los motivos decorativos de los kimonos (como las flores y los pájaros), indican en cuál estación del año debe lucirse la prenda.
De los cuatro objetos laqueados, los cuencos de sopa de Wajima son los más refinados. El laqueado, que se inició en Japón el siglo VIII d.C., puede aplicarse a fin de preservar los dibujos hechos con polvo de oro y de plata (técnica makie).
Tradicionalmente, el hierro se usó para hacer implementos de agricultura, y el bronce para los objetos que tenían un propósito religioso y ceremonial. Aquí se exhiben una trébede y una tetera de hierro, y una cajita de té y un pisapapeles, hechos de cobre.
La carpintería japonesa ha explorado técnicas sutiles, como la de cortar rebanadas muy finas de cedro, mojarlas en agua, y darles forma (cajitas de cedro). Se pueden disfrutar lo mismo objetos utilitarios, como un sobrio gavetero de estilo Edo, hasta los puramente decorativos, como los insectos de bambú de la cestería Suruga. Y entre lo más exquisito está una cajita o cofre de los secretos, obra maestra de la marquetería Hakone, realizado con delicados patrones geométricos.
Aunque la manufactura de recipientes de vidrio comenzó en la segunda mitad del siglo XVI, cuando las técnicas del vidrio llegaron de Europa a Nagasaki, los artesanos japoneses han igualado la maestría de Occidente, y han adaptado esos objetos a su cultura (por ejemplo, copas labradas donde beber el sake).
El papel es uno de los materiales que caracteriza a la cultura japonesa tradicional. De papel se hacen las lámparas, las puertas y ventanas deslizables shōji, y los abanicos. En esta exhibición, se destacan los abanicos Marugame, con formas tradicionales y retratos de mujer.
El embajador de Japón en Cuba, Irochi Sato, agradeció a las instituciones que colaboraron en la apertura de esta nueva exposición, y se mostró orgulloso por el continuo intercambio cultural entre los dos países. Los coros infantiles Lunitas, dirigido por Sandra Santos, y Pequeños príncipes, dirigido por Maribel Nodarse, cantaron varias canciones tradicionales en japonés.
Entre enero y marzo de este año, se pudo apreciar otra exposición de artesanía japonesa contemporánea, también auspiciada por la Fundación Japón, la Embajada de Japón en Cuba y el Museo Nacional de Artes Decorativas.
Con esta exposición se clausuró la Jornada de la Cultura Japonesa, que se desarrolló en La Habana del 2 al 23 de noviembre, y que este año incluyó un concierto, exposiciones de origami y de artes plásticas, un taller sobre filosofía zen, exhibiciones de artes marciales, un curso de oratoria japonesa, conferencias, y presentaciones de libros.