El sitio oficial Cubadebate publicó este viernes un extenso artículo, con entrevistas a funcionarios de Salud Pública incluidas, en el que respondió a la acusación publicada por el diario The New York Times sobre un brote del virus del zika en 2017 en Cuba no reportado en su momento por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El pasado 22 de agosto el medio neoyorquino, citando un nuevo estudio publicado en la revista Cell, reportó que el brote se diseminó por la Isla un año después de que se declaró el fin de la emergencia de salud global, pero la OPS no informó sobre ello.
Funcionarios internacionales reconocieron a The New York Times que no habían contado 1.384 casos reportados ese año por las autoridades cubanas.
Según Cubadebate, el periódico estadounidense puso "en blanco y negro" la causa por la cual no aparecía "la cifra informada ese año por los funcionarios cubanos" en la base de datos PLISA (Plataforma de Información en Salud para las Américas) y lo acusó de insistir "en dejar un mensaje" de que este "brote silente o no reportado pudo ser fuente de transmisión para otros países y poner en peligro a los 4.689.898 visitantes que escogieron Cuba como destino".
El doctor Francisco Alberto Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), dijo al sitio oficial que La Habana "siempre ha notificado los casos de zika oportunamente (…) incluyendo los casos confirmados durante el año 2017".
Por su parte, María Guadalupe Guzmán Tirado, presidenta de la Sociedad Cubana de Microbiología y Parasitología, afirmó que han "seguido las indicaciones y estrategias recomendadas por la OPS y la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde que este fenómeno (el zika) comenzó".
"Cuba reportó los primeros casos importados y, después, el comienzo de la transmisión en nuestro país, reitero, utilizando las metodologías diagnósticas que hoy se recomiendan en toda la región, y hasta la fecha se mantiene la vigilancia", resumió la jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), encargado de la confirmación del diagnóstico de estas enfermedades.
Los funcionarios de la OPS culparon a un "problema técnico" de la falta de un reporte oportuno del brote en Cuba. La información, dijeron, estaba en una base de datos, pero no estaba visible en el sitio de internet. Más tarde, el sitio de internet en inglés fue actualizado, según The New York Times.
La OPS ha mantenido una estrecha relación con La Habana, sobre todo en países como Brasil, donde sirvió de intermediaria para los pagos del Gobierno local al de la Isla por el trabajo de médicos cubanos.
En el esquema, que se extendió de 2013 a 2018, el Gobierno cubano se quedaba con alrededor de un 70% de lo que pagaba Brasilia por concepto de salarios de los médicos. Mientras, la OPS se embolsaba otro 5%.
Andersen y sus colegas empezaron a rastrear el avance del zika cuando el virus, transmitido por un mosquito, apareció en el continente americano en 2015. La epidemia se dio a conocer inicialmente en Brasil, donde los bebés de mujeres infectadas nacieron con severos daños cerebrales, yse expandió rápidamente a los países vecinos.
En noviembre de 2016, la OMS anunció que la epidemia ya no era una emergencia de salud pública. "Pero nos quedamos con esta pregunta '¿de verdad ha terminado?', recordó Andersen".
Los científicos siguieron rastreando el virus por toda América. Revisaron datos de brotes locales en los países que los reportaron a la OPS. También registraron los casos confirmados de zika en los viajeros que volvían a Florida.
En todo el continente, ambos conjuntos de estadísticas contaban la misma historia: el número de casos de zika se desplomó hacia el final de 2016 y después permaneció en niveles reducidos. Pero había una notable excepción en los datos.
En 2016, solo unas cuantas personas que volvían a Florida procedentes de Cuba habían sido infectados por el zika. En 2017, sin embargo, Cuba representaba el 98 por ciento de los casos de zika asociados a viajes en Florida.
Fue un hallazgo inesperado. En un inicio, Cuba parecía estar ganándole la guerra al zika, y al parecer había evitado los brotes que se veían en otras islas del Caribe.
Para ver si sus resultados iniciales se mantenían, Andersen y sus colegas examinaron datos de salud pública en Europa y descubrieron patrones similares entre los visitantes a Cuba.
El equipo concluyó que el brote de Cuba en 2017 fue "del mismo tamaño que en otras islas del Caribe, es decir, con miles de casos", dijo Andersen. Pero como los casos reportados a menudo son el diez por ciento de un brote "en realidad estamos hablando de decenas de miles de casos".
Según Durán García, en la Isla "se mantiene el sistema de vigilancia para todas las arbovirosis (dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla)".
Admitió que, en cuanto al dengue, "se ha reportado transmisión en seis provincias, donde se han implementado acciones de control" y añadió que "hasta la fecha no reportamos transmisión de zika y chikungunya".