"Apesta toda la tienda, mientras los empleados hacen chistes sentados sobre el mostrador de la caja", escribió Raquel Carrera en su muro de Facebook, tras anunciar que en el comercio de 11 y 4, en el barrio habanero del Vedado, había pollo... pudriéndose.
"¡En 11 y 4 hay pollo pudriéndose! (...) Grosería y arbitrariedad son un plus. Lo normal", escribió Cabrera, y compartió varias fotos para ilustrar su denuncia, entre ellas una donde se ve un frigorífico abierto repleto de paquetes de pollo nadando en agua sanguinolenta.
"En las tiendas del Estado en Cuba los precios son de Londres (para salarios de Haití), dan asco como en ningún rincón del mundo y maltratan al cliente rayando en el sadismo", agregó.
En una de las fotos se aprecia a tres empleados conversando mientras una clienta paga su compra; todos, bajo un cartel donde se lee: "Complacer con placer".
"Me agota postear más de lo mismo, pero: ¿quién controla esto? ¿dónde me quejo? ¿me puedo quejar?", cerró su post Carrera.
La publicación había recibido más de 900 reacciones y 150 comentarios hasta este lunes.
Entre ellos, varios foristas comentaron que esa imagen no es exclusiva de este establecimiento, pues pueden verse situaciones similares en otras tiendas estatales de venta en divisa.
"Año tras año la tienda de Zanja e Infanta huele fatal y no creo que sea culpa de los trabajadores, al igual que el mercado de Carlos lll. Se trata de alimentos que van al estómago, la principal entrada de microbios y bacterias al organismo", señaló Arianny Suarez Buffill.
Mary Villafaña aseguró que "todo esto sucede en la mayoría de las tiendas del país. La suciedad y el desorden caracteriza los sitios de venta de alimentos. Lo cual es permitido por las entidades que tienen que ver con ello, porque se ha convertido en un estilo. Es una vergüenza."
Por su parte, Gabby Sant contó su experiencia quejándose a las autoridades de tales irregularidades: "En todas las tiendas hay un cartelito con el teléfono de atención al cliente: la primera vez llamé para decir que en una tienda no me daban bolsas. Me llamaron a los dos días para pedirme disculpas. Pusieron bolsas... La segunda llamé porque la mujer siempre estaba sin cambio y ya me debía como dos CUC de cada 5 centavos que dejaba... A los días la dependienta tenía tremenda mala cara y estaba buscando al que llamaba tanto para quejarse. Sigue ahí, pero yo no me quedo con el enfado".
Otros han señalado lo inconcebible que resulta que los cubanos carezcan de alimentos mientras estos se echan a perder debido al descuido y la desidia.
En meses pasados, el Gobierno decidió racionar la venta de diversos productos básicos a causa de su escasez en los comercios estatales. En las pasadas semanas, además, las autoridades toparon los precios de la mayoría de los productos y servicios que ofrece el sector privado, como una medida para supuestamente evitar que estos se disparen.