En un artículo que no menciona nombres y solo hace referencias indirectas, el diario oficial Granma llama "mercenarios por vocación" y "personajes de poca monta" a más de 600 cubanos que recientemente firmaron una carta en la que invitan a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, a visitar la Isla y establecer contactos con los distintos sectores de la sociedad civil.
El autor del texto cita el concepto de mercenario que recoge la Wikipedia, "de soldado o persona con experiencia militar que lucha o participa en un conflicto bélico por su beneficio económico y personal, normalmente con poca o nula consideración en la ideología, nacionalidad, preferencia política o religiosa con el bando para el que lucha".
Sin embargo, se refiere a otro tipo mercenarios que califica de "iguales o peores", que, "por dinero, son capaces de hasta pedir intervención militar extranjera en su propio país" y ejemplifica con "Juan Guaidó en Venezuela, o los que apoyan medidas de bloqueo y hasta aplauden que Donald Trump aplique el Título III de la Ley Helms-Burton contra Cuba".
Para el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), "este tipo de mercenario se envalentona cuando ve a países vecinos como Venezuela, asediados y agredidos por su propio amo".
"Es entonces cuando algunos de estos personajes de poca monta hasta abogan por hacer cartas a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet, para que 'elabore' un informe sobre el tema en Cuba, similar al recién dado a conocer sobre Venezuela".
Los más de 600 miembros de la sociedad civil a los que hace referencia el artículo celebran en su misiva a Bachelet el informe redactado sobre Venezuela, que "hace honor a su responsabilidad y a la historia y tradición de su propio país (…)".
Granma cataloga a estos ciudadanos "arrastrados hasta los pies del amo imperial a cambio de algún boleto en avión y viáticos para viajar a Europa o a EEUU" o receptores de "bochornosas limosnas".
El texto dice que informes como el de Bachelet sobre Venezuela "vienen con guion y redacción del Departamento de Estado estadounidense".
"A estos apátridas los llamaría mercenarios de mentalidad, de esos que, como traidores, hasta sus propios inspiradores terminan odiándolos", añade y hace referencia a instituciones estadounidenses como la USAID o los que describe como "grupos de nostálgicos contrarrevolucionarios de Miami, y hasta alguna que otra ONG, o la Organización de Estados Americanos (OEA)".
"Los que aquí se venden por cuatro dólares para servir a una potencia extranjera (…) son tan mercenarios como los que usan armas contra pueblos, aunque estos últimos sean mejor pagados", concluye.