Los últimos días, las protestas en La Habana de estudiantes de Medicina congoleños han dejado en evidencia la situación de penuria que estos atraviesan en la Isla, donde desde hace 27 meses no reciben el estipendio de sus becas.
Las reivindicaciones de los estudiantes se dirigen en cierta medida a las autoridades cubanas, pues critican la pésima alimentación que se les provee, pero sobre todo tienen como destinario al Gobierno de Brazzaville.
La magnitud de estas protestas es inédita. Sin embargo, no es la primera vez que los estudiantes congoleños manifiestan su descontento ante la embajada de la República del Congo en La Habana. Ya en octubre de 2014 se registraron incidentes con estudiantes en la sede diplomática africana.
En estas tensiones tendría su parte el embajador congoleño, Pascal Ongemby, quien se graduó de ingeniero agrónomo en Cuba en los años 70 y está al frente de la misión diplomática desde hace más de 20 años.
Según el activista congoleño Jean-Claude Mayima-Mbemba, Ongemby habría sido objeto de críticas en repetidas ocasiones por parte de estudiantes congoleños, debido a un desempeño supuestamente deficiente de sus funciones. Al parecer, la gestión de la embajada estaría en manos de sus dos hijos.
Además —dice Mayima-Mbemba—, se sospecha que Ongemby estaría detrás de un oscuro episodio de secuestro y tentativa de asesinato de un líder estudiantil congoleño en la Isla, en el cual habría participado parte del personal diplomático.
Un régimen autoritario
La larga estadía de Pascal Ongenmby como embajador en Cuba es el reflejo del manejo del poder en la República del Congo. El país ha sido gobernado con mano de hierro desde 1997 por Denis Sassou Nguesso, quien ya había asumido el liderazgo entre 1979 y 1992.
El antiguo general paracaidista ha llegado las dos veces al poder mediante el uso de la violencia. En 1979, fue nombrado a la cabeza del Partido Congoleño del Trabajo (PCT), en aquel entonces partido único y de filiación marxista-leninista, después de haber orquestado la aniquilación de las principales figuras del escenario político local.
En 1992, tras el fin el unipartidismo y la apertura democrática, Sassou Nguesso perdió las elecciones. Pero, en 1997, tras una cruenta guerra civil, volvió a hacerse con el poder.
Desde entonces, el mandatario congoleño ha coartado a la oposición, encorsetado a la sociedad civil, y administrado un sistema basado en el nepotismo y el clientelismo.
La economía congoleña reposa esencialmente en las exportaciones de madera y petróleo. Estas últimas constituyen un 90% de los ingresos del Estado.
Periodo de vacas flacas
Después de un periodo de relativa bonanza en la primera década del siglo, debido al boom de las materias primas en los mercados internacionales, la caída del precio del petróleo provocó una grave crisis económica en el país entre 2014 y 2018. La contracción del PIB en 2017 fue superior al 3%, signo de una dura recesión. La deuda pública se ha triplicado en menos de una década y alcanza actualmente el 110% del PIB. Un repunte de la economía el año pasado no ha permitido revertir la delicada situación de las arcas públicas.
Este contexto económico y, sobre todo, una gestión discrecional de los fondos públicos estarían detrás de la suspensión de pagos a los estudiantes congoleños no solo en La Habana, sino en las distintas capitales donde estos se encuentran becados: Moscú, Dakar, Casablanca, Pekín, etc. La represión de protestas, sin embargo, solo se habría registrado en la Isla, según un experto congoleño consultado por DIARIO DE CUBA.
Los intercambios comerciales entre los gobiernos de Cuba y el Congo son relativamente modestos. Sin embargo, ambos regímenes mantienen vínculos históricos.
Desde 1964, cuando se establecieron las relaciones diplomáticas entre La Habana y Brazzaville, la presencia militar cubana hizo aparición en el país africano. En un primer tiempo, como apoyo frente al poderoso vecino de Kinshasa y bajo las órdenes de Ernesto Che Guevara. Luego, como parte de la estrategia del régimen cubano de ayuda a los movimientos de liberación nacional de la región, que habían tomado a Brazzaville como base de refugio.
Es de hecho en Brazzaville donde aterriza, en 1975, el primer destacamento de tropas cubanas destinado a la guerra de Angola.
Prueba de los lazos que unen al actual mandatario congoleño con el Gobierno de La Habana es que Denis Sasso Nguesso ostenta la Orden José Martí, la máxima condecoración que concede el régimen cubano.