Dos figuras públicas nicaragüenses acompañan a Miguel Díaz-Canel y su esposa, Lis Cuesta, en la imagen de lo que parece ser una comida con amigos que ha causado revuelo en las redes. La controversia continuó este fin de semana entre quienes ven una muestra de lujo en el contenido de la mesa y quienes creen que no hay signo escandaloso de riqueza; quienes dicen que la foto se tomó en casa del gobernante cubano y quienes defienden que se hizo durante su reciente viaje a Nicaragua.
DIARIO DE CUBA pudo identificar a dos de los participantes en la comida. A la derecha, sonriente y con espejuelos, está quien, al parecer, hace la foto a modo de selfie: Plinio Suárez García, director ejecutivo de Bolsa de Noticias y fundador del Canal de Noticias de Nicaragua (CDNN23). De perfil, también a la derecha, se ve a David Rojas, el juez que llevó el caso de los delitos electorales contra el expresidente de Nicaragua Enrique Bolaños.
Díaz-Canel viajó la semana pasada a Nicaragua, donde vivió a finales de los 80 como representante de la juventud comunista cubana. El gobernante llegó a Managua el jueves por la tarde para asistir a la VIII Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC).
Algunas publicaciones en las redes sociales indican que la foto se tomó el viernes 29 de marzo. La prensa oficial cubana reporta la llegada de Díaz-Canel la noche de ese mismo día al Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana, donde fue recibido al pie de la escalerilla del avión por el general Raúl Castro.
El alboroto creado en las redes por la foto de Díaz-Canel y sus acompañantes se explica por el sospechoso secretismo que tradicionalmente ha mantenido el régimen alrededor de la vida privada de los dirigentes.
Los funcionarios cubanos no están acostumbrados a rendir cuenta de sus actos ante los ciudadanos. Por ello, las filtraciones sobre lujos o privilegios en un país donde la mayoría sobrevive con menos de 30 dólares al mes causan indignación.
En la discusión sobre la foto de Díaz-Canel se involucró el fin de semana el cantautor cubano Francisco (Pancho) Céspedes, quien en el perfil de Facebook de ADN Cuba describió la polémica como "chismes de barrio" con los que "quieren hacer política seria". Aunque no venía a cuento, metió a las Damas de Blanco en el asunto y las calificó de "vendidas".
"Tienen la inteligencia de un mosquito o son agentes de la Seguridad (…) Cuando las Damas de Blanco eran de ese color les mandaba comida mensualmente hasta que me di cuenta que muchas estaban 'vendidas' a los manipuladores de Miami", escribió Céspedes.
"Al de la huelga de hambre de Santa Clara, Fariñas de mi ciudad natal, le mandaba un paquete mensual por Envíos Cuba, una agencia que por internet existe, y comía mejor que Díaz-Canel, hasta que un día escuche a él y a su madre discutiendo si mandarles más carne o más pollo. ¿Esos son héroes? Sin embargo, eso me costó mi censura en Cuba y es primera vez que hablo de esto hoy. No es serio el 'periodismo' actual, son una decepción. Parecería que quieren la permanencia en el poder en Cuba para poder seguir escribiendo estupideces", añadió.
En otro comentario, el compositor cubano aclaró que no es "de izquierda ni de derecha", que "son formas programadas para separar a los humanos".
"Si los problemas de Cuba se basaran en una botella de Borbón es infantil, las necesidades del pueblo de Cuba son más profundas", dijo.
En la imagen de Díaz-Canel, Lis Cuesta y sus acompañantes están alrededor de una mesa en la que hay platos ya vacíos, algunas fuentes con comida, copas y una botella de vino.
Aunque por la foto no es posible distinguir la calidad de la comida que han disfrutado, su difusión causó enojo en un país donde el desabastecimiento y el precio de los alimentos golpea a la mayoría de las familias.