Una encuesta reveló que las mujeres de entre 15 y 74 años que trabajan atendiendo su hogar en Cuba representan en promedio el 27,7% del total.
Pero en la región oriental, con 3.969.705 habitantes y el menor índice de desarrollo del país, las mujeres que declararon ejercer una "actividad cuyo valor económico aún no ha sido reconocido" se elevaron a 31%, indica un reporte de la agencia IPS en la Isla.
La mirada regional fue uno de los aportes esenciales de la Encuesta Nacional de Igualdad entre los Géneros (ENIG 2016), la primera de su tipo en Cuba desde 1989, que publicara la estatal Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) en febrero, con vistas al Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo.
Las mujeres que trabajan en sus hogares en el occidente del país son el 26%, en La Habana llegan al 22,6%, y al 28,9% en el centro, aportó la encuesta aplicada en entrevista cara a cara a 19.189 personas de 15 a 74 años, de las cuales 10.698 fueron mujeres.
"La participación económica de las mujeres es un factor esencial para su empoderamiento, lo que favorece la equidad de género", sostuvo la investigación, que responde a antiguos reclamos de especialistas y activistas de estadísticas sobre género en Cuba.
Las brechas entre participación económica masculina y femenina "se incrementan hacia el oriente del país", había anticipado el Atlas de la Infancia y la Adolescencia en Cuba (2017), que se basó en el último censo de población y viviendas de 2012 y analizó estos segmentos poblacionales y sus familias en las 15 provincias cubanas.
"En las zonas rurales, el vínculo laboral es menor, alrededor de un 30% de las madres, con valores más bajos en Las Tunas (26,6%) y Holguín (24,5%)", reveló ese estudio acerca de la situación laboral de las madres de niños y adolescentes, y que realizaran la ONEI, la Universidad de La Habana y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
La Encuesta Nacional de Igualdad entre los Géneros también detectó que las mujeres dedican 14 horas semanales más que los hombres a las labores domésticas y de cuidado a personas necesitadas o dependientes, como niños y enfermos, sin diferencias remarcables por regiones.
También en este punto las desventajas regionales emergieron en el tipo de tareas domésticas realizadas por uno y otro sexo.
El sondeo indicó que "los hombres de la región oriental declaran con mayor frecuencia la realización de mandados (tareas externas en beneficio doméstico), y de compras para el hogar, y están más involucrados en la administración del dinero para gastos" caseros.
En contraste, "las mujeres orientales reproducen los patrones más tradicionales del trabajo no remunerado, al presentar cifras superiores en las tareas relacionadas con la preparación de los alimentos, la limpieza de la vivienda y el cuidado de la ropa".
"La mayoría de los matrimonios en Santiago de Cuba donde la mujer gana más dinero que el hombre, se disuelven o terminan teniendo problemas", valoró Marta E. Cordiés, la directora del estatal Centro Cultural Africano Fernando Ortiz, que promueve estudios de género y raza en Santiago de Cuba.
"Son muy machistas y no lo asimilan, no le permiten llevar a ella las riendas de la casa. Tenemos en contra que esta es una sociedad muy patriarcal", puntualizó.
"Los hombres dicen que respetan las leyes de familia, que en la casa friegan y ayudan, pero todavía las mujeres cargamos con la absoluta responsabilidad del hogar y los hijos", valoró la investigadora sobre una realidad confirmada por la ENIG.
Según el estudio, también el maltrato y la violencia fue mucho más identificada como un problema por las mujeres de la región oriental.
En Granma, por ejemplo, un encuentro cientifico reveló a fines del pasado año que entre 2017 y 2018 se incrementaron en 30 las denuncias por algún tipo de violencia hacia las mujeres, lo cual ubicó a la provincia entre los primeros cinco territorios del país que padecen este fenómeno.
Todo ello contrasta con el tono con que el régimen celebra en esta jornada la igualdad de género como un asunto apoyado por la voluntad política del Estado.