Miguel Díaz-Canel y Pedro Sánchez se reunieron este jueves en La Habana, donde el mandatario español aterrizó una hora antes en la que supone la primera visita oficial a Cuba de un jefe del Gobierno de España en 32 años.
Díaz-Canel recibió a Sánchez a las puertas del Palacio de la Revolución de la capital cubana, y una vez en el edificio los presidentes se escucharon los respectivos himnos nacionales, pasaron revista a la Guardia Presidencial y se saludaron las delegaciones.
Según recogió el sitio estatal Cubadebate, durante el descrito como "cordial encuentro", ambos gobernantes "intercambiaron acerca del positivo estado actual de las relaciones bilaterales, basadas en los lazos históricos que unen a nuestros pueblos; y coincidieron en el interés de potenciarlas en ámbitos como el económico-comercial, cultural, científico y académico y la cooperación".
De acuerdo con la nota oficial, también "dialogaron sobre temas de la agenda internacional".
Acompañaron a Sánchez los ministros Josep Borrell Fontelles, de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación; y María Reyes Maroto Illera, de Industria, Comercio y Turismo; el embajador Juan Fernández Trigo; el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores, Juan Pablo de Laiglesia; así como otros miembros de su delegación.
Por la parte cubana participaron Bruno Rodríguez Parrilla, titular del MINREX; el ministro de Turismo, Manuel Marrero Cruz; el ministro interino de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Antonio Carricarte Corona; el viceministro de Relaciones Exteriores, Rogelio Sierra Díaz; el embajador en España, Gustavo Machín Gómez; y otros funcionarios de la Cancillería cubana.
En un encuentro a solas entre Díaz-Canel y Sánchez, según fuentes españolas citadas por EFE, "se hablaría de todo" con el objetivo de normalizar la relación con al más alto nivel, pues Sánchez considera que "no es normal que hayan pasado 32 años sin que un jefe del Gobierno español haya visitado la Isla".
Más tarde, ambos gobernantes fueron testigos de la firma de dos memorandos de entendimiento.
Según recogió Cubadebate, uno de los convenios rubricados fue el previamente anunciado por fuentes diplomáticas citadas por el diario El País, "para establecer consultas bilaterales en el marco constitucional de ambas naciones, ampliar los lazos y sentar las bases con vistas al tratamiento de temas de interés".
Se trata de un marco regular de consultas políticas de alto nivel similar al que La Habana tiene ya con la Unión Europea.
El otro acuerdo firmado tiene el objetivo de estimular la cooperación en el ámbito cultural, y que exista una mayor presencia de la cultura cubana en España y viceversa, añadió el medio oficial. Este documento fue suscrito por Borrell y el ministro de Cultura cubano, Alpidio Alonso.
El programa previsto para este viernes incluye un recorrido por La Habana Vieja y la inauguración de una muestra de arquitectura española, así como la celebración del gran foro empresarial.
Sánchez tiene programado además un encuentro con representantes de la sociedad civil, entre ellos periodistas independientes, artistas, intelectuales y "cuentapropistas", a los que verá en la residencia del embajador español.
El último presidente del Gobierno español en viajar a Cuba oficialmente fue Felipe González, en 1986, aunque José María Aznar estuvo en La Habana junto al Rey Juan Carlos en 1999 con motivo de la cumbre iberoamericana de ese año.
No está previsto ningún encuentro con miembros de grupos de la oposición organizados, como las Damas de Blanco, la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) o el Movimiento Cristiano Liberación (MCL) que han realizado peticiones directas de atención al presidente del Ejecutivo español.
Fuentes de Moncloa argumentaron que lo eficaz no es "hacerse la foto" con los disidentes sino trabajar discretamente para que avancen los derechos humanos en Cuba, pero evitan revelar si Sánchez va a pedir a Díaz-Canel la liberación de Eduardo Cardet Concepción, líder del MCL, como ha demandado Amnistía Internacional y el pleno del Senado en una moción aprobada el miércoles.