No money, no doctor es la máxima legítima que rige el "altruismo" y la "nobleza" del régimen cubano —insignia de cierta izquierda latinoamericana— en materia de salud para los pobres del Tercer Mundo.
Si no hay dinero para mí y mis cúmbilas, no hay médico ni enfermera, parece decir Raúl Castro al retirar a los 8.300 médicos que explota como esclavos en Brasil gracias a un pacto secreto que hizo hace cinco años con el Gobierno de Dilma Rousseff y la complicidad de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Con la justa petición que le hizo a Cuba el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, de que mantendría a los galenos cubanos en Brasil si se les paga su salario íntegro y se les permite llevar a sus familias a vivir con ellos, el General caribeño simuló ofenderse y aplicó lo que le enseñó su hermano Fidel: insultar y acudir al chantaje.
Como fue denunciado por DIARIO DE CUBA, contrariamente a lo que hizo creer La Habana, el programa Más Médicos no fue una iniciativa de Brasil, sino de Raúl Castro. Fue cocinado sigilosamente por el dictador con su amiga Rousseff, usando para ello a la OPS.
Si bien el programa ha beneficiado a muchos brasileños, su objetivo central fue abrir una vía legal para que Brasilia pudiera subsidiar al castrismo. Solo que si los cientos de millones de dólares enviados a Cuba hubieran sido cargados directamente al Tesoro público brasileño, esto habría sido rechazado por el Congreso.
Para evitar impugnaciones políticas y legales, Rousseff y Castro II acudieron a la OPS. Se acordó robarle a cada médico cubano el 75% de su salario, pero a la luz pública el esclavista no sería el gobierno de Brasil ni el PT, sino la OPS. O sea, Brasilia no paga a los médicos cubanos, ni a Cuba, sino a la OPS, que es la que envía el dinero a La Habana. Por prestarse a esa infamia, la OPS recibe un 5% de comisión. Ello evoca las bíblicas 30 monedas de plata pagadas a Judas Iscariote por traicionar a Jesucristo. La OPS traicionó al pueblo cubano.
Hay un detalle que revela que el propósito del PT no era tanto ocuparse de la salud de los brasileños como el de subsidiar a los Castro: de los 18.000 médicos contratados en el extranjero para el programa Más Médicos, unos 11.100 fueron cubanos. Es decir, dos de cada tres contratados.
Puntillazo al 'altruismo' del castrismo
Lo más significativo es que al retirar los médicos, Raúl Castro da el puntillazo al viejo mito fabricado por su hermano Fidel de que la "potencia médica" cubana no solo beneficiaba a los cubanos, sino que permitía brindar servicios médicos humanitarios en zonas inhóspitas de países del Tercer Mundo.
Volvamos al no money, no doctor. Si la élite dictatorial no lucra, no hay médico. No importa que los enfermos se agraven o mueran. Es ofensivo que el régimen militar cubano se venda al mundo como representante de los "trabajadores en el poder" cuando lo que hace es esquilmarlos como no lo hicieron nunca los capitalistas tan vilipendiados por Marx, cuando demonizaba la "plusvalía arrancada" a los obreros ingleses.
Fariseísmo de la izquierda brasileña
Igualmente ha quedado desenmascarado el fariseísmo de Lula, Rousseff y el PT. Lula fue el paradigma por excelencia y el líder más admirado por la izquierda latinoamericana durante más de 14 años.
¿Cómo pueden pretender ser progresistas, defensores de los pobres y los trabajadores unos políticos sin escrúpulos que los explotan como esclavos decimononos? ¿Cómo puede llamarse de los Trabajadores un partido que oprime a estos?
El pasado 19 de noviembre, en una reunión de partidos de izquierda en Buenos Aires, Dilma Rousseff dijo en un encendido discurso: "necesitamos un frente democrático lo más amplio posible" contra "el neoliberalismo y el neofascismo", y fue ovacionada mientras el auditorio gritaba frenéticamente "Lula libre". La hipocresía y la indecencia del PT no tiene límites.
Según cifras recientes de fuentes brasileñas, a los galenos de la Isla les han estado robando el 73% de su sueldo de $3.300 mensuales. Es decir, les dan el equivalente a $890 en reales brasileños, y la OPS les quita otros $45 de comisión. Al bolsillo del galeno van $845. Los restantes $2,410 dólares vuelan hacia Raúl Castro y su equipo, que dicen depositarle algo a cada médico en una cuenta que confiscan si no regresan.
El chantaje de Castro II a Bolsonaro
Para lanzar el chantaje a Bolsonaro, el general Castro se basó en dos factores. En primer lugar, al retirar súbitamente a todos los médicos, sin dar tiempo a que fueran sustituidos, se afecta a millones de brasileños, lo que puede acarrearle problemas a Bolsonaro cuando asuma su mandato, el próximo 1 de enero.
En segundo lugar, Castro II sabe el poder que tiene en materia de inteligencia, subversión y agitación política en Latinoamérica, y particularmente en Brasil por medio del PT y sus 13 años en el poder.
Pero un detalle apunta en dirección contraria a las intenciones raulistas. No parece que Bolsonaro sea fácil de presionar o chantajear. Enseguida ripostó a Castro II y declaró que, al llevarse los médicos, "la dictadura cubana demuestra gran irresponsabilidad al no considerar los impactos negativos en la vida y la salud de los brasileños y en la integridad de los cubanos". Y le subió la parada al General: dará asilo político a los que no deseen regresar a la Isla.
Ni Castro II, ni la Junta Militar, ni la cúpula del PCC están acostumbrados a enfrentarse a quien los desafía firmemente. Ningún presidente de la región se ha atrevido en muchísimo tiempo. Por eso los Castro han hecho lo que les ha dado la gana durante décadas, sin pagar precio político alguno.
La buena noticia es que, al parecer, con Bolsonaro el castrismo ha encontrado la horma de su zapato.