Miguel Díaz-Canel calificó la presentación de la campaña en favor de los presos políticos cubanos impulsada por EEUU en la ONU como un "show anticubano", cuando el verdadero espectáculo lo ofreció la delegación cubana con un boicot a la manera de los mítines repudio que se realizan en la Isla a los opositores.
Fracasó el show anticubano orquestado por el Departamento de Estado de #EEUU para justificar el #Bloqueo contra #Cuba usando como coto privado los salones de #NacionesUnidas. #UnblockCuba #NoMásBloqueo.
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) 17 de octubre de 2018
Para el sustituto de Raúl Castro, la iniciativa de Washington fue un "fracaso" del Departamento de Estado que el gobernante consideró una acción "para justificar" el embargo.
Díaz-Canel también criticó que la campaña "¿Presos por qué?", presentada por Kelley Currie, embajadora de Estados Unidos, tuviera lugar en los salones de las Naciones Unidas.
Habló de estos como "coto privado" del gobierno estadounidense y se saltó el hecho de que la delegación oficial del régimen allí presente hizo uso del espacio de un modo radicalmente opuesto al comportamiento de la diplomacia.
Funcionarios de otros países se quedaron desconcertados con el mitin de repudio escenificado por los cubanos. La propia Currie se preguntó "¿cómo se comportará la Policía?" si los representantes del Gobierno ante un organismo internacional proceden así.
Los diplomáticos cubanos, secundados por aliados, interrumpieron con alaridos y golpeando las mesas con puñetazos y gruesos libros la sesión del ECOSOC. Así estuvieron durante las dos horas que duró la sesión dedicada a los prisioneros políticos cubanos.
En la misma línea de Díaz-Canel se proyectó la prensa estatal, incluido Granma, órgano del Partido Comunista de Cuba. "Otra victoria de Cuba en la ONU frente a campaña anticubana", tituló su artículo el periódico.
Junto a varias críticas sobre la situación de los derechos humanos en el país vecino, sostuvo que en Cuba "los únicos presos que son privados de sus derechos y dignidad son los que mantiene el Gobierno de Estados Unidos en el centro de detenciones arbitrarias y torturas" de Guantánamo.
Aprovechó para reiterar su reclamo de devolución del territorio que ocupa esa base naval en el extremo oriental de la Isla.
El diario estatal también replicó a la campaña estadounidense sobre los presos políticos, cuya existencia niega el régimen, con un reportaje sobre las cárceles en EEUU.
Boicotear eventos críticos llevando a escenarios internacionales los "actos de repudio" a los que somete a opositores y activistas de derechos humanos en Cuba, se ha vuelto una práctica común del régimen. Así hizo en las últimas dos Cumbres de las Américas. La delegación oficial de la Isla incluso ha llegado a agredir físicamente a opositores y exiliados.
La Habana también intenta acallar las denuncias en su contra en el Consejo de Derechos Humanos y otros organismos de la ONU. Como norma, el régimen esquiva el diálogo y trata de desacreditar a sus críticos acusándolos de intromisión en sus asuntos internos y de servir a intereses extranjeros, principalmente de Estados Unidos.