Miguel Díaz-Canel reivindicó ante la Asamblea General de las ONU el discurso que han llevado durante décadas a este y otros escenarios sus predecesores, en una intervención en la que criticó el capitalismo, el embargo de EEUU y ratificó la continuación de la revolución.
"Cuba siempre estará dispuesta a dialogar desde el respeto y el trato entre iguales, nunca realizaremos concesiones que afecten la soberanía nacional. No negociaremos nuestros principios ni aceptaremos condicionamientos (…) somos la continuidad, no la ruptura", dejó claro el sustituto de Raúl Castro.
Celebró y agradeció el "rechazo casi unánime" que enfrenta en la Asamblea General de la ONU cada año el embargo impuesto por EEUU a La Habana, pero se quejó de que Washington va más allá e "incluye programas públicos y encubiertos" que calificó de "grosera intromisión" en los asuntos internos. "Violan los principios sobre los que descansa esta organización y en particular la soberanía de Cuba como nación independiente", añadió.
"Tengo la convicción de que no habrá cambio en nuestros objetivos estratégicos y que el carácter irrevocable de nuestro socialismo será ratificado", dijo con seguridad al referirse al proyecto de reforma constitucional que está dirigiendo el Partido Comunista de Cuba (PCC).
Describió ese proceso como un "ejercicio genuinamente participativo y democrático mediante la discusión de un proyecto que se aprobará finalmente en referendo".
El gobernante había iniciado su alocución con loas a Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Raúl Castro y Raúl Roa, y dijo sentirse honrado por ocupar hoy la misma tribuna por las que ellos pasaron.
Al cargar contra el capitalismo, consideró que este "ha afianzado el colonialismo" y lamentó que "ninguno de los males (que padece el mundo) enunciados por Fidel ha tenido cura".
En opinión de Díaz-Canel, "América Latina es escenario de persistentes amenazas" en referencia a la actual Administración de Donald Trump, "que ha proclamado la vigencia de la Doctrina Monroe".
Aprovechó para "reiterar el absoluto respaldo" a su más estrecho aliado político y económico en la región, un gobierno que describió como "legítimo y democrático conducido por el presidente constitucional Nicolás Maduro".
En tal sentido, rechazó "los intentos de intervención y sanción contra Caracas" así como "los llamados a aislar" a un país que consideró: "no hace daño a nadie".
El gobernante cubano también ratificó la posición del régimen sobre la situación en Nicaragua y contra el encarcelamiento del expresidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva.
Díaz-Canel aludió también a la cooperación internacional para la protección de los derechos humanos, sin embargo dijo que "su manipulación viola los derechos a la paz, a la libre determinación de los pueblos".
Como en otras ocasiones, se quejó del "empleo encubierto de las nuevas tecnologías de información y telecomunicaciones para agredir a otros estados, el uso de las amenazas, el unilateralismo y las presiones, las que han sido utilizadas en la retórica de los EEUU, y que plantean enormes desafíos dentro de las propias Naciones Unidas".
En otro momento, el gobernante reafirmó "el compromiso histórico con la libre determinación e independencia de Puerto Rico" y "al legítimo reclamo de soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgia del Sur".
También reiteró "el apoyo a una solución amplia, justa y duradera para el conflicto israelo-palestino", y rechazó "la acción unilateral de EEUU de establecer su representación diplomática en la ciudad de Jerusalén".
Se solidarizó con el pueblo saharaui y llamó a "la búsqueda de una respuesta definitiva a la cuestión del Sahara Occidental".
También ratificó posturas sobre Siria, Irán y Corea del Norte. Sobre este último aliado condenó "la injerencia externa en los asuntos coreanos" y también reprochó "las violaciones a las reglas del comercio internacional y las medidas punitivas contra China, la Unión Europea y otras naciones".
Para concluir, Díaz-Canel evocó una vez más al difunto dictador cubano: "Ha sido emocionante hablar en la tribuna en la que hace 58 años atrás Fidel (Castro) expresó verdades tan poderosas que todavía nos estremecen frente a los representantes de las más de 190 naciones que, rechazando chantajes y presiones cada año, llenan la pantalla de votaciones de símbolos verdes en aprobación de la demanda del fin del bloqueo".