Un grupo de líderes evangélicos en Cuba reclaman que el Gobierno y cualquiera de sus entidades "se abstengan de interferir en la vida interna de las asociaciones religiosas" y no utilicen "organizaciones que las controlen", en una petición que están presentando en las "consultas populares" sobre el Proyecto de Constitución.
En un documento en el que sustentan sus propuestas, los representantes cristianos defienden su derecho a enriquecer el nuevo texto de la Ley de leyes "para garantizar una completa libertad religiosa" en la Isla, que les permita "practicar su fe y poder impactar la vida del pueblo, a través de la Palabra de Cristo y a través de todos los programas sociales que ya la Iglesia cristiana está llevando a cabo".
En el artículo 15 del Proyecto de Constitución, la frase "libertad de conciencia" ha sido eliminada. Sobre este particular consideran que "debería ser restituida", ya que "la libertad de conciencia (libertad de culto) consiste en el derecho de practicar públicamente la religión que uno profesa".
El reverendo Moisés de Prada, superintendente de la Iglesia Evangélica Pentecostal Asambleas de Dios, explica a DIARIO DE CUBA que la libertad religiosa "enmarca solamente lo que tú eres capaz de hacer dentro de tu propia denominación", pero no fuera de ella.
"Nosotros en el sentido religioso y cristiano, hacemos evangelismo, y lo hacemos abiertamente a todas las personas, y todo el que quiera creer por conciencia lo puede hacer", añade.
Una veintena de congregaciones cristianas, entre ellas Asambleas de Dios, según confirmó Prada, han planteado la adición de dos nuevos acápites (66 y 67) al mencionado artículo.
El primero señala textualmente: "El Estado cubano garantiza a las iglesias e instituciones religiosas de cualquier culto, la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, y el libre derecho a enseñar y practicar el culto correspondiente y se les permite, de forma independiente, la observancia de sus principios y fe".
El segundo, dice: "Las autoridades, como las entidades del Estado cubano o el Gobierno, se abstendrán de interferir en la vida interna de las asociaciones religiosas, ni crearán organizaciones que las controlen".
Para el reverendo, ambos "hablan precisamente de lo que la iglesia está deseando tener: una libertad para poder expresarnos en el ejercicio del culto público e individual. También tener la posibilidad de acceder a los templos, a la compra de nuevos muebles, a expandirnos como cristianos que somos".
"La comunidad cristiana en Cuba no es pequeña, es bastante amplia, de hecho se habla de que en Cuba solo un 10% es ateo, el resto tiene una creencia, de una manera u otra, en cualquier otra religión, pero el cubano es un ente que cree", sostiene.
Si se incluye este inciso 67 se abriría la posibilidad de abolir entidades como la Oficina de Asuntos Religiosos (ORA), perteneciente al Partido Comunista de Cuba (PCC), la cual opera como policía religiosa que regula, limita y controla las actividades de diferentes denominaciones religiosas en la Isla.
Iglesias cristianas como Asambleas de Dios, la más grande, con 300.000 miembros —según De Prada—, así como las Convenciones Bautistas Occidental y Oriental, la Liga Evangélica de Cuba y la Iglesia Metodista en Cuba se pronunciaron recientemente contra el matrimonio entre parejas del mismo sexo en una declaración en la que apelaron a "los líderes históricos de la Revolución" y a la "ideología comunista".
Con respecto a este tema, Moisés de Prada considera que el "movimiento de ideología de género", como llamó a la campaña del Gobierno cubano por el matrimonio igualitario, es un "peligro social, un peligro en la jurisprudencia".
"Nosotros estamos tratando de frenar esta campaña pro-ideología. El sexo es binario, se nace con él, uno no escoge más tarde el sexo que va a tener por su conciencia (…) respetamos a los homosexuales, les amamos porque Dios ama al pecador, y nosotros no estamos en contra de ellos ni los maltratamos. Ahora otra cosa es precisamente aprobar el matrimonio, porque no es solo problema de matrimonio, es un problema de adopción, de traumas a la sociedad", dice.
De Prada afirma que al menos 14 líderes de denominaciones cristianas con su misma postura tienen solicitadas reuniones con el Gobierno al respecto.
"Esperamos que nos atienda, que comprenda por qué la iglesia está pronunciándose de esta manera", afirma.
Para ello, el día 21 de septiembre tienen organizado un encuentro "para lograr ya un pronunciamiento oficial con la firma de todos".