En una nueva manifestación del apartheid que sufren los habitantes de Cuba en sus propias instalaciones turísticas, un cliente del balneario de Varadero que pretendía alquilar una moto acuática para complacer a su hijo de siete años, descubrió que existe una prohibición oficial que lo impide.
"De vacaciones en Varadero, mi hijo Diego lo único que me pide es montar en moto acuática. Yo, confiado de poder, se lo prometo. Nos dirigimos al lugar de renta y nos encontramos con la noticia que el servicio esta prohibido a los cubanos", escribió Reymel Delgado Rodríguez en su perfil de Facebook.
"Cuando reclamo, los muchachos, en muy buena forma, me muestran este documento. Mi hijo, un poco contrariado, me pregunta: '¿papá, si ellos (señalando a turistas foráneos) pueden, por qué nosotros no? Si es muy caro y no lo puedes pagar, lo entiendo'", contó Delgado.
"Yo, con el corazón roto, le digo: 'no es asunto de dinero, eso lo podemos pagar como lo pueden pagar ellos, es que hay una ley que no lo permite' (…) Mi hijo Diego, de siete años, me dijo 'no entiendo, no es justo papá', y quedé frente a él sin argumentos".
Delgado, quien trabaja como productor audiovisual y ha sido colaborador de Alejandro Pérez, entre otros importantes realizadores del videoclip en Cuba, incluyó en su post una fotografía del documento donde Ángel Alonso Cabrera, director de Náutica Marlin Varadero, decide que, dando cumplimiento a lo "indicado por capitanía del puerto y como parte del reordenamiento de la Sucursal, se prohíbe la renta de las motos náuticas al Mercado Interno (nacionales)". Y responsabiliza del cumplimiento de la medida a los subdirectores de las "Náutica Centro y Este".
La prohibición buscaría presuntamente evitar las fugas de cubanos, usando medios navales diversos, hacia Estados Unidos.
El post provocó una reacción masiva en las redes sociales. Hasta la mañana de este viernes había sido compartido y comentado decenas de veces.
"De eso mismo trata un capítulo de Vivir del cuento que grabamos hace cuatro meses y NO ES CONVENIENTE QUE SALGA POR AHORA", dijo el popular actor Luis Silva, intérprete del personaje humorístico Pánfilo. "Tú tienes que dejar la posibilidad de que la gente se monte en un catamarán o lancha con motor, como mismo lo hace un canadiense, un australiano, o un argentino. Evitar que se roben la embarcación y combatir contra eso, al igual que estar alerta, ya de eso se encargarán los que hacen ese trabajo. A cubanos en el extranjero, que han venido con sus hijos nacidos fuera, les han dicho: los niños sí pueden montar, usted NO."
El también actor Luis Alberto García, comentaba: "En el nuevo REGLAMENTO (en referencia al proyecto de la nueva Constitución) que están preparando, queremos que quede plasmado por escrito: los cubanos residentes en Cuba tienen derecho a montar en motos acuáticas en las playas cubanas porque el mar es gigante, azul, abierto y democrático. Aunque lo vean como una directriz que pretendemos trazarles."
Mientras, Alanys Toranzo Mira refería una anécdota personal: "Experiencia mía y de mis amigos entrenadores en Bahía de Naranjo. Años al sol, entrenando delfines y leones marinos, haciendo dos shows al día para el turismo, e incluso para cuando algún 'absurdo' quería unir un show con turistas y vanguardias de una unidad militar. (…) cuando salí de ahí nunca más pude entrar con mis hijos por la 'absurda ley de las embarcaciones'".
Hace una década, el Gobierno de Raúl Castro eliminó las restricciones hasta entonces vigentes que prohibían a los cubanos alojarse en cualquier hotel de su país, alquilar un vehículo o una moto de turismo y pasar unas vacaciones en un establecimiento "Todo Incluido" del polo turístico de Varadero. Las calificó entonces como "prohibiciones absurdas" que generaban malestar entre la población.
Hoy, las propias autoridades reconocen tener en el mercado cubano a uno de los decisivos sostenes de la industria turística, que este año ha sufrido un estancamiento debido a la disminución del arribo de visitantes extranjeros. No obstante, las "prohibiciones absurdas" no han desaparecido.