El Gobierno retiró el permiso de residencia y la acreditación para trabajar en Cuba al periodista uruguayo Fernando Ravsberg, quien durante casi 30 años ha reportado desde la Isla para diferentes medios de prensa.
"Las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba me informaron que ya no estoy acreditado como corresponsal extranjero en el país, a pesar de que desde hace dos meses presenté varias solicitudes de acreditación", dice Ravsberg en un post publicado en su blog Cartas desde Cuba.
"Los funcionarios afirman que el cese se debe a que terminé mi trabajo con (la publicación española) Público y ellos aún no tienen respuesta sobre las nuevas solicitudes, no saben cuánto tiempo puede tardar el trámite y ni siquiera están seguros de que serán aprobadas", añade.
"En pocas palabras, me dejan sin permiso de residencia y sin permiso para trabajar. Eso sí, me repiten que 'no es nada personal'".
Retirar las credenciales para trabajar en Cuba es un recurso habitual del régimen para censurar la labor de los periodistas extranjeros. En ocasiones, esa medida suele ir acompañada de la expulsión del territorio.
Esta práctica constituye uno de los mecanismos más eficaces para influenciar los contenidos que publican sobre la realidad cubana agencias y medios extranjeros, temerosos de perder la presencia en la Isla.
En su post, Ravsberg compara su situación actual con una similar que atravesó en 2014, cuando dejó de trabajar para la BBC.
En aquel momento "solicité que me acreditaran para Público de España, las autoridades tardaron seis meses en darme una respuesta, pero durante ese período me mantuvieron acreditado. ¿Qué es lo que ha cambiado en estos cuatro años?", se pregunta.
"En aquella época, la jauría dedicada a la caza de herejes y cimarrones me creía incapaz de mantener a flote Cartas desde Cuba sin el apoyo de la BBC. Hoy saben que no solo fue posible sino que crece cada año el número de lectores y de comentarios", considera.
Es su post, el periodista evita criticar al MINREX, más bien se refiere a personas que supuestamente presionan al organismo. No identifica ni a esos personajes ni a los funcionarios que le informaron su nueva situación.
Según Ravsberg, en la reunión en la que le comunicaron que quedaba sin acreditación de prensa extranjera, los funcionarios también le dijeron que "reciben llamadas protestando" por lo que publica en su blog.
"Me dicen que la última protesta que recibieron fue por el post donde reclamaba una investigación sobre la negociación entre Cubana de Aviación y Global Air", señala.
Si esa fue la gota que desbordó el vaso, bueno... prefiero vivir indocumentado y tener la conciencia tranquila. Es más, si supiera de antemano cual sería el resultado de ese post lo volvería a escribir, la muerte de un centenar de personas lo impone. https://t.co/lAGXO1zxGu #Cuba
— Fernando Ravsberg (@Ravsberg) 13 de junio de 2018
"Sería muy desagradecido y cobarde si guardara silencio ante el dolor de un pueblo que me acogió en su seno hace 28 años", argumenta sobre su texto.
"Los funcionarios me recordaron que en los blogs extremistas los cuestionan porque no actúan en mi contra. De nada les sirve repetir una y otra vez que Cartas no es un medio de prensa y que la Cancillería nada tiene que ver con lo que aparezca en un blog", indica Ravsberg.
En el pasado, Ravsberg había denunciado campañas "virulentas" contra su blog. "Dejándome sin acreditación, el Ministerio de Relaciones Exteriores se saca un problema de encima y muchas llamadas-presión", se queja.
"En estos 10 años han intentado domesticarme con consejos amables, veladas amenazas, con romperme los dientes, exigir que me expulsen del país, guerra sucia y 'advertencias' contra mis hijos", dice Ravsberg.
"Nada les ha funcionado hasta ahora, pero el hecho de sacarme de la prensa extranjera les permite dar el tiro de gracia a Cartas", lamenta.
Echa mano a frases de Ernesto "Che" Guevara para llamar a quienes persiguen el fin de su blog "'asalariados del pensamiento oficial', 'becarios' que viven chupando 'del presupuesto' nacional". Llama "profeta" al controvertido argentino.
De esos "becarios" afirma que "los cubanos no leen sus panfletos porque son una burda repetición de los manuales estalinistas, porque no tienen talento para escribir y carecen de ética en el debate".
"Pero no se les debe subestimar, esa mediocridad los hace resentidos, agresivos y capaces de cualquier vileza", dice.
Asegura que en la reunión en la Cancillería dijo a los funcionarios que "estos chanchullos" ya le dan "asco". Pero "lo verdaderamente preocupante es el silencio de los demás", concluye.
Silvio Rodríguez y Retamar se solidarizan con Ravsberg
Varios periodistas extranjeros han estado en la situación de Ravsberg. Uno de los casos más recientes (2011) es el de Mauricio Vicent, quien durante décadas fue corresponsal del diario español El País en La Habana.
La medida contra Ravsberg indicaría que el régimen no está dispuesto a aceptar ni siquiera la crítica "moderada" de periodistas fuera de su control.
Aunque, por ejemplo, el uruguayo ha salido en defensa de periodistas cubanos expulsados de medios de prensa estatales, su postura incluso ha sido considerada afín a la del Gobierno.
En 2012 causó polémica por un post en el que avalaba la versión oficial sobre la muerte de los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero. En ese texto afirmaba que el político español Ángel Carromero "mató, en un accidente de tránsito, al principal dirigente de la disidencia cubana", en referencia al líder del Movimiento Cristiano Liberación.
Tras la retirada de la acreditación, Ravsberg recibió la solidaridad del cantautor oficialista Silvio Rodríguez y de Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa de las Américas y uno de los históricos comisarios culturales del régimen.
Retamar describió a Rasvberg como un periodista que "lúcida y corajudamente defiende nuestra Revolución".
"Es increíble lo que le han hecho. Hay que dirigirse a quien sea para que se rectifique la monstruosa medida", reclamó.
Silvio Rodríguez afirmó que finalmente los "cazabrujas" han hecho "lo que no hicieron Fidel ni Raúl".
Opinó que el periodismo de Ravsberg ha sido "en buena medida (…) el que necesitamos, por inteligente, desafiante y revolucionario". Consideró la medida un "ataque de izquierdismo infantil" y "la peor propaganda que en estos momentos" puede recibir el Gobierno.
"Solo me queda invitar a Fernando a publicar en Segunda cita... Es decir, mientras existamos", añadió.