La ministra de Cooperación Internacional de Suecia, Isabella Lövin, admitió el jueves en un debate sobre Cuba en el Parlamento de ese país que la sociedad civil y el movimiento democrático en la Isla tienen un papel legítimo en las discusiones sobre la implementación del acuerdo entre el Gobierno de Cuba y la Unión Europea (UE).
Lövin respondió a varias preguntas que le dirigiera la legisladora del Partido Liberal Maria Weimer, después de una exposición sobre el tema.
"Cuba tiene un nuevo presidente, Miguel Díaz-Canel. Después de 58 largos años, ya no es un Castro el principal líder de Cuba. Desafortunadamente, no hay mucho más que sea nuevo en Cuba. Cuando los EEUU liberaron su embargo (en referencia a las medidas tomadas por el expresidente Barack Obama para suavizarlo), las expectativas de que habría un cambio eran altas. Muchos esperaban la apertura política, tal vez incluso más libertad de expresión y democracia", sostuvo Weimer.
Sin embargo, "lamentablemente, ha ocurrido lo contrario", dijo la parlamentaria y condenó que "el movimiento democrático es más hostigado a largo plazo".
En tal sentido, preguntó a Lövin cómo actuará Suecia: "¿Cuándo comenzará el Gobierno a reclamar al dictador de Cuba, y qué queremos lograr con nuestra cooperación con Cuba hoy?".
La ministra de Cooperación Internacional afirmó que su Gobierno "ha apoyado durante mucho tiempo a las fuerzas democráticas en Cuba" y que no ve "ninguna razón para retirarles el apoyo", cuyos esfuerzos "se centran en la cooperación para el desarrollo".
En otro momento, Weimer consideró que "Suecia puede hacer más" y que "un camino pasa por la Unión Europea (UE)".
"Cuando la UE vaya a implementar el acuerdo que tiene con Cuba, se debe invitar al movimiento democrático. No han participado en la redacción del acuerdo, pero esta vez deberían tener un asiento formal en la mesa y, por lo tanto, ser reconocido", demandó.
Sobre el acuerdo específico que el Gobierno sueco tiene con el cubano, insistió en que se podrían "hacer mayores demandas sobre los derechos humanos y la democracia".
Fue entonces cuando Lövin admitió que la sociedad civil y el movimiento democrático tienen un papel legítimo en las discusiones sobre la implementación del acuerdo entre Cuba y la UE y, además, afirmó que es la línea de Suecia dentro de la UE.
Para Erik Jennische, director para América Latina de Civil Rights Defenders, esto "significa que hay fuerzas políticas que exigen una posición más favorable al movimiento democrático en la Isla que la línea de la actual jefa de la Diplomacia europea, Federica Mogherini".