Raúl Castro no asistirá a la VIII Cumbre de las Américas que comienza este viernes en Lima, adonde el general ha enviado a su ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, quien ya se encuentra en la capital peruana, indicaron a EFE fuentes diplomáticas.
Hasta ahora el Gobierno no había concretado quién encabezaría su delegación al foro regional, aunque se especulaba con que si no asistía Castro, lo haría el vicepresidente primero, Miguel Díaz-Canel.
Castro, de 86 años, dejará su cargo al frente del Gobierno el próximo 19 de abril tras dos mandatos, y aunque no está confirmado oficialmente, es de esperar que su sucesor sea Díaz-Canel, de 57 años.
Por ello, esta cumbre habría sido el último escenario internacional del menor de los Castro como el hombre en el poder, pero también de Díaz-Canel a menos de una semana de su casi segura llegada a la jefatura del Estado cubano.
La de este año es la segunda Cumbre de las Américas en la que participa Cuba, después de la de Panamá (2015), a la que asistió el general Raúl Castro en pleno fragor del deshielo con EEUU, y a la que también llevó sus tropas de choque para sabotear varios foros a los que asistían opositores.
A Lima, el régimen mandó esta semana una numerosa representación de su sociedad civil, un grupo que ha importado los actos de repudio contra la disidencia cubana como lo hizo hace dos años.
La Habana ha pataleado por la presencia de los que llama grupos "contrarrevolucionarios" y acusa de estar "financiados por otros gobiernos".
También ha deplorado la retirada de la invitación a la Cumbre de las Américas al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y prosigue con su agrio enfrentamiento con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, muy crítico con el régimen desde su llegada a ese cargo y a quien en los últimos dos años le fue negada la entrada cuando pretendía asistir a un acto organizado por la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (JuventudLAC), que preside Rosa María Payá.