El Gobierno cubano consideró este viernes que la decisión de EEUU de mantener su embajada en la Isla con el personal mínimo de forma indefinida debido a los supuestos ataques sufridos por sus diplomáticos "responde a motivaciones políticas y no tiene relación alguna con la seguridad de sus funcionarios en La Habana".
El director para Estados Unidos del Ministerio cubano de Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, afirmó en varios mensajes a través de su cuenta de Twitter que "es falso que el personal diplomático de la Embajada esté o haya estado en riesgo", refiere el diario oficial Granma.
Es falso que el personal diplomático de la Embajada esté o haya estado en riesgo. Es falso que se haya permitido en Cuba o que pueda haber ocurrido en Cuba por parte de alguien alguna acción deliberada contra diplomáticos de los Estados Unidos. #Cuba #USCuba
— Carlos F. de Cossio (@CarlosFdeCossio) 2 de marzo de 2018
La decisión del Departamento de Estado que de forma unilateral prorroga por un tiempo indefinido la reducción de su personal en la Embajada en Cuba, responde a motivaciones políticas y no tiene relación alguna con la seguridad de sus funcionarios en La Habana.
— Carlos F. de Cossio (@CarlosFdeCossio) 2 de marzo de 2018
"Es falso que se haya permitido en Cuba o que pueda haber ocurrido en Cuba por parte de alguien alguna acción deliberada contra diplomáticos de Estados Unidos", insistió.
Recordó que la medida "afecta en particular los servicios consulares de los que dependen miles de ciudadanos que se ven obligados a incurrir en gastos suplementarios en la búsqueda de visas en terceros países".
La medida del Dpto Estado afecta en particular los servicios consulares de los que dependen miles de ciudadanos que se ven obligados a incurrir en gastos suplementarios en la búsqueda de visas en terceros países. #USCuba #Cuba #UnBlockCuba
— Carlos F. de Cossio (@CarlosFdeCossio) 2 de marzo de 2018
Tras la reducción de personal en la legación estadounidense en La Habana, que tuvo lugar a finales de septiembre pasado, el Departamento de Estado desvió a su embajada en Bogotá las solicitudes de visados de ciudadanos cubanos, que ahora deben viajar a Colombia a realizar los trámites, y a cualquier otro país en el caso de visados de turismo.
"El Gobierno de EEUU tiene pruebas suficientes de que Cuba es un país seguro para los diplomáticos estadounidenses y de cualquier otro país, así como para los ciudadanos cubanos y los más de cuatro millones de visitantes extranjeros" que viajan a la Isla cada año, sostuvo el diplomático en la red social.
Además, deploró que el Departamento de Estado vuelva a emplear el término "ataques", cuando "sabe perfectamente que en Cuba no han ocurrido ni ataques ni cualquier otro tipo de actos deliberados" contra diplomáticos de EEUU, reporta EFE.
La decisión de EEUU fue anunciada dos días antes de que expire la orden de salida del personal no esencial emitida en septiembre del año pasado por los supuestos ataques que sufrieron 24 de sus funcionarios en la Isla.
El 5 de marzo entrará en vigor un "nuevo plan permanente de personal" por el que la embajada "continuará operando con el mínimo personal necesario", "similar al nivel de personal de emergencia mantenido durante la orden de salida", indica el comunicado del Departamento de Estado.
El pasado 29 de septiembre, Washington ordenó la salida del personal no esencial de su embajada en La Habana (el 60% del total) debido a los supuestos ataques sufridos por sus funcionarios y sus familiares en la Isla.
Desde entonces, la embajada funciona con menos de una decena de funcionarios (a los que se suman los empleados locales), que solo atienden trámites de emergencia.
Las relaciones entre los dos gobiernos pasan por un momento muy delicado porque Washington acusa a La Habana de saber quién perpetró entre noviembre 2016 y agosto de 2017 los supuestos ataques a sus funcionarios y no decírselo, además de no haberlos protegido adecuadamente, pero el Ejecutivo cubano lo niega.
Durante meses, Washington calificó esos ataques de "sónicos", pero en una audiencia en el Senado el pasado 9 de enero el Departamento de Estado admitió por primera vez que no tenía certeza de que se tratara de agresiones acústicas.
Sobre los llamados "ataques acústicos", poco se sabe hasta ahora: los sitios donde tuvieron lugar (las viviendas del personal diplomático, los hoteles Nacional y Capri), un número de afectados (24 funcionarios estadounidenses, 19 turistas de EEUU y alrededor de una decena de canadienses), presuntas afectaciones médicas como pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.